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Pecado 50: Un coincidente encuentro

Finalmente la oscura noche cubrió el cielo y las estrellas adornaron la oscuridad como si fueran las perlas más brillantes de la existencia.

Lejos de la encendida y bulliciosa ciudad de Kuoh estaba las montañas acompañadas con el denso bosque, en medio de aquel bosque se encontraba una pequeña zona baldía, aquel pequeño espacio se le había arrancado los árboles desde la raíz y ahora tenía una pequeña zona de entrenamiento.

Incluso en la oscuridad de la noche se podía ver una pequeña y delgada figura moviéndose de un lado a otro a gran velocidad, solo el cabello rojo de la figura se podía notar desde lejos.

Haru se había entrenado continuamente desde que salió de casa por lo que ahora mismo su cuerpo estaba cerca del límite, todos sus músculos parecían más hinchados de lo normal y su piel se había tornado de color rojo

"Fi...nalmente, finalmente está terminado" la sonrisa plasmada en la cara de Haruta habría hecho retroceder a cualquier persona con un juicio sano y que valorara su vida, era la primera vez que Haru mostraba una expresión de éxtasis desde que había llegado a este nuevo mundo.

Frente al cansado Haru varias rocas habían sido destruidas o bien solo tenían grandes orificios en su centro.

"Con esto mi poder de batalla debe haber incrementado en varios niveles, ahora incluso si me enfrento a un ángel caído de rango medio debería poder matarlo de un solo golpe y los demonios de clase alta deberian solo suponer un poco de esfuerzo" Haru repaso a sus enemigos y aliados recordando cada vez que lucho contra ellos o bien solo los vio luchar, reconocer la fuerza de cada individuo es algo que Haru no deja pasar y esto se debe principalmente a que transforma esos individuos en metas para el futuro, metas que debe atravesar por sí mismo.

Haru recogió sus pertenencias, listo para volver a casa y descansar, como era usual mantenía su byakugan activo a todo momento para evitar cualquier emboscada enemiga, no quería que sucediera el evento de los ángeles caídos otra vez.

La visión de Haru recorrió todo su entorno solo dejando un grado como punto ciego ya que enviar chakra en ese punto continuamente termina por agotar sus reservas de chakra sin razón alguna.

Lejos en la distancia, cerca del lago que estaba en el mismo bosque que Haru se pudo encontrar una figura pero ningún rastro de civilización, una persona en medio de la nada y en medio de un oscuro bosque.

La curiosidad de Haru pronto se comenzó a hacer visible y la cadena de pensamiento del pelirrojo titubeo, regresar directamente a casa o explorar lo que supone esta en ese lugar, dos opciones para solo una persona, si estuviera en una novela visual Haru facilmente podria dejar un archivo de guardado en caso de cualquier problema pero ahora mismo era su vida real, su segunda oportunidad para vivir todo lo que no hizo en su primera vida, esta vez Haru no dejará cabos sueltos, no pensaba ser Lucas otra vez, esta vez es Haru Yoichi un intrépido shinobi.

Luego de despejar su mente Haru saltó por los árboles manteniendo todo el sigilo posible olvidando la posibilidad de enviar un clon de sí mismo para explorar.

Para cuando Haru llegó al lago solo habían pasado unos minutos, el byakugan exploro todos los alrededores sin encontrar amenaza aparente pero llamando mas la atencion de Haru hacia el individuo que estaba en el lago, durante todo el camino Haru no le había quitado los ojos de encima esperando sus acciones pero todo lo que hizo fue sentarse en la orilla del lago.

"Es una mujer" Haru se detuvo en seco sobre la rama de un árbol "¿por que siempre son mujeres?, desde que comenzaron todos estos eventos anormales solo me encontré con un puñado de hombres" el pelirrojo contó con los dedos de sus manos por lo menos a aquellos que recordaba los nombres.

"¡Muéstrate acechador!"

Haru salió de sus pensamientos cuando escucho la voz femenina, gracias al byakugan podía notar que la mujer se había levantado y estaba mirando directamente hacia el "Mierda mi posición fue descubierta, ahhh por que siempre acabo de la misma manera, maldición Haru siempre pierdo el tiempo en cosas inútiles"

"¡Muéstrate o tendré que sacaste a la fuerza!"

Haru amplio sus ojos otra vez al ver la fluctuación de la energía al interior de la mujer, nunca antes había visto tal cantidad de energía y tal calidad de la misma, por otro lado el color de la energía en la mujer dijo al pelirrojo impresionado. Blanco, la energía interna que recorre el cuerpo de la mujer era de color blanco.

"¡No digas luego que no te lo advertí!" la mujer extiende sus manos hacia la posición de Haru haciendo que los sentidos de este último se sobresaltaron para avisar a todo su cuerpo que debía tomar acción.

"¡Espera!" el grito grave de Haru hizo que la mujer se detuviera momentáneamente, pronto Haru descendió del árbol de un solo salto quedando a unos metros de la mujer "No soy tu enemigo" Haru levantó sus manos en símbolo de rendición indicando que no tenía intenciones de luchar.

'Jamas pense que diria tal frase cliché en mi vida o bueno en mis vidas'

"¿Un humano, eres un humano?" La mujer miró a Haru consternada se le quedó mirando fijamente unos segundos antes de volver a abrir su boca "Es imposible que seas un humano, tienes una inmensa cantidad de energía pura emanando de tu cuerpo"

Haru dejo salir una sonrisa orgullosa mientras arreglaba su cabello hacia un lado "Claro que soy solo un humano, un humano comun y corriente sin nada especi.... si, no soy un humano corriente" la expresión orgullosa y vanidosa de Haru fue borrada inmediatamente luego de recordar que ahora era un jinchuriki.

La mujer rió al ver la reacción de Haru "Ciertamente no eres un humano normal pero tampoco puedo ver que seas alguien maligno, simplemente eres un humano peculiar"

"¿Peculiar? ¿peculiar de raro o peculiar de fenómeno?" Haru escuchó el comentario de la mujer

"Solamente peculiar" respondió la mujer inclinándose hacia Haru con sus manos atrás, el viento soplo meciendo los largos cabellos rubios y la luna brilló intensamente revelando la bella cara de la joven.

Incluso para Haru que se codeaba a diario entre bellas mujeres no pudo evitar tener un leve sonrojo en sus mejillas retrocediendo un paso inconscientemente.

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