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Realmente me sentí destruída, nunca lo había visto así y ser la causante de su tristeza o dolor, me duele. Akira detuvo el auto y llevó sus manos a la cara. No sabía qué decir, sentía un nudo en mi garganta. Verlo llorar por mi culpa me tenía afligida.

—Perdóname por no ser el hombre perfecto que quieres. No sabes cuánto luchó por dentro conmigo mismo. Quisiera poder demostrarte más que esto, pero tu terquedad me descontrola. Si no te amara tanto como lo hago, no hubiera podido soportar todo esto. No sabes lo que duele la soledad. Siempre me acostumbré a estar solo, pero desde que te fuiste de la casa, no he podido soportar la soledad.  La casa no es la misma si no están ustedes en ella. Traté de liberarme de tus recuerdos para no sentir tu ausencia, fui a los brazos de otra, pero nadie puede ocupar el puesto y espacio que ocupas tú en mi. Tengo miedo de que te vayas y no vuelvas más, de que dejes de mirarme como lo haces. No soy nadie sin ustedes; aún si ya no me amas como dices, no me dejes solo— me cambié de asiento y me subí encima de él, para quitarle la mano de la cara y lo sujeté por ambas mejillas obligándolo a mirarme. Fue más bien un impulso lo que sentí en ese momento, no quería verlo llorando más.

—Lo siento, he sido yo la egoísta. Solo he pensando en mi dolor y no había pensando en lo que estabas sintiendo todo este tiempo. Sé que no eres perfecto, no pretendo que lo seas, pero me dolió mucho lo que hiciste con nuestro hijo. Si pudieras decirme lo que piensas, si fueras más abierto a mi y tuvieras la confianza de decirme las cosas, quizás podríamos hacer que esto funcione. Yo no quiero dejarte. Guardaba las esperanzas de que cuando regresara luego de estos tres largos meses encontrarme con un Akira arrepentido, que se diera cuenta de su error. Ya no podrías arreglarlo, pero al menos admitir que te equivocaste. ¿Qué madre sería si no hubiera actuado en ese momento? Te amo y no sabes lo que me dolió todo este tiempo estar sin ti. Me duele tener una relación contigo siempre así. Si no está funcionando es por los dos. Cuanto daría porque funcionara, porque pudiéramos ser una pareja normal. Somos totalmente distintos, pero aún así, yo no puedo dejar de amarte a pesar de todo lo que haces. Me duele que siempre tengamos que estar distantes. Yo quiero que confíes en mí, que me trates como tu esposa que soy. Que me dejes apoyarte, ser parte de ti. ¿No es eso lo que hacen los esposos? Así cómo te abriste hace un momento, quisiera que me digas las cosas. Quiero entenderte, quiero ser parte de ti, quiero que me veas como tu aliada no como tú enemiga. ¿Es eso mucho pedir?

—Perdóname, lisa — bajó la cabeza.

—Discúlpate con Lin, Akira. Es él quien tiene que perdonarte lo que hiciste. Arregla las cosas con tu hijo.

—Las apariencias engañan, lisa.

—¿Por qué dices eso, Akira?

—Si prometo hacer todo lo que dijiste, ¿Vas a volver a la casa conmigo?

—Es una decisión muy a la ligera. Será mejor que arregles las cosas con Lin primero.

—Lo haré.

—Quiero hablar unas cosas contigo, pero este no es el lugar indicado para hacer eso— intenté irme de nuevo al asiento, pero Akira puso sus manos alrededor de mi cintura.

—¿A dónde vas?

—Este no es lugar para esto, hay mucha gente alrededor.

—Muévete despacio.

—Estábamos hablando hace un momento de cosas serias, ¿cómo puedes ponerte así tan rápido?

—Fuiste tú quien se subió encima de mí, hazte cargo.

—No lo hice con esa intención.

—Ya es tarde —  sujetó un mechón de mi pelo entre sus dedos y lo acercó a su rostro— Siempre hueles tan bien— cerró sus ojos y lo besó. Ese simple gesto hizo que mi corazón se acelerara de la ternura —. Vamos a nuestra casa, lisa — sentí la necesidad de besarlo. Un deseo incontrolable es lo que provoca este ser en mi. Akira me jaló por la cintura acercándome más a él y continuó besándome. Me estaba sintiendo algo caliente y quería evitar continuar, al menos no ahí.

—Vamos a la casa, Akira. Tenemos que hablar mejor. Hay un asunto importante que tengo que decirte.

—No creo que haya nada más importante que estar contigo.

—Sé lo que te digo. Es un asunto delicado. Vamos a la casa — Akira sonrió y puso su mano en mi cuello, para luego encararme.

—Te amo, lisa — acercó su frente con la mía —. No sabes cuánto te amo, mi corderito— me dio un beso en la frente y me soltó.

—Te amo, Akira— lo abracé poniendo mis brazos alrededor de su cuello, para luego cambiarme de asiento.  

Nos fuimos a la casa y le pedí que habláramos en el estudio. Quiero hablarle sobre Kanji y de ese día que nos secuestró. No sé cómo lo tome, pero si no le digo ahora, luego será un problema.

—No había podido decirte sobre esto ya que habíamos estado distante durante estos meses. Al día siguiente que te fuiste de viaje, ese día que habíamos perdido comunicación fue porque apareció Kanji.

—¿Kanji?

—Nos secuestraron a los niños y a mi. La persona que lo hizo fue el verdadero Kanji Carter; la persona que realmente estabas buscando. A quien mataste fue a su sobrino. Físicamente son muy parecidos. ¿Recuerdas que había mantenido un perfil bajo y su nueva apariencia no era la misma? Estuvimos detrás de la persona incorrecta todo este tiempo.

—Ya veo— Akira bajó la cabeza—. Debiste haberte sentido incómoda, ¿Cierto?

—¿Eso es lo que te preocupa?

—¿Cómo salieron de ahí?— le expliqué cómo sucedieron las cosas esa noche—. No es tan grave como creí, será fácil manejarlo.

—Eso no es lo único, Akira. Él dijo que no está buscando venganza en contra tuya por ahora. Se ha estado apareciendo en mi trabajo e incluso en la fiesta de esta noche — le expliqué con detalles sobre todo lo que me propuso.

—Ya veo… — Akira se veía molesto.

—Dije algo que no debía,¿cierto?

—Tu no tienes la culpa de ser tan hermosa, pero la idea de que ese tipo tenga sus ojos puestos en ti, me hace sentir incómodo y que te haya besado más.

—Lo siento, fui muy descuidada. No pensé que aparecería otro enemigo más.

—Deberías aceptar su oferta, lisa.

—¿Qué?

—Dijiste que querías ser parte de mi, ¿Cierto?

—¿Por qué no te unes a mi?

—¿Me estás pidiendo que sea parte de tu sucio negocio, Akira?

—Tengo un plan mucho mejor. No estarás en peligro ni mucho menos nuestros hijos y de paso podemos averiguar lo que está tramando Kanji.

—No entiendo nada.

—Tan pronto tenga un plan bien organizado te lo explicaré. Podemos sacar provecho de esto.

—Las veces que estuve mezclada en tus negocios, termine pagando yo.

—Esta vez es diferente, ya tú no eres la misma de antes. No estarás en tanto riesgo como lo estás ahora.

—¿Kanji será tu objetivo ahora?

—No, mi objetivo eres tú. Hablaste de que querías un cambio, ¿Cierto? Nuestra relación puede funcionar mucho mejor si pasamos más tiempo juntos. ¿Y qué mejor que convertirnos en uno solo?

—Eso suena interesante, pero no entiendo tu objetivo.

—Te explicaré con detalles, pero para eso deberás dejar tu trabajo y estar dispuesta a convertirte en una nueva persona. Solo necesitas desearlo con todas tus fuerzas y se cumplirá — Akira se veía muy seguro de sí mismo y de su plan. Si voy de la mano con él, puedo cumplir todo lo que quiero, en especial mejorar nuestra relación y nuestra familia. Quiero estar más cerca de Akira, quiero ser la mujer que él desea, quiero ser fuerte… Si él cree que yo puedo hacerlo, yo también debo confiar en mi capacidad. Siento que todo puede ser posible mientras esté con Akira.

—Si, Akira, estoy dispuesta a escuchar tu plan.

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