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No encontramos a la supervisora por ninguna parte. Acudimos a ir con el tal Kazuo, ni siquiera Gina lo ha conocido en persona.

—¿Se encuentra Kazuo?— preguntó Gina a la recepcionista.

—Esta en una reunión con el Sr. Akihiro. Tendrán esperar a que termine para que las atienda— ¿Qué clase de hotel es este? Todo el mundo está ocupado y nadie da la cara cuando necesitamos ayuda. La supervisora perdida, la otra compañera igual y el tal Kazuo también.

—No tenemos de otra que esperar, supongo— le dije a Gina.

Nos quedamos esperando en el área del almuerzo, pero nadie llegó. No puedo buscar a Akira pues él está en esa reunión, además quedamos en que no tendríamos contacto dentro del trabajo. Volvimos a la oficina de la supervisora para firmar y dejar una nota, no podíamos esperar más. Gina entró primero y se quedó fría al entrar a la oficina.

—¿Qué sucede Gina?— pregunté, al ver su expresión.

—Lo siento—Gina salió corriendo de la oficina. Entré a ver qué sucedía y vi semi desnuda a la supervisora, junto a la compañera de turno que estaba desaparecida.

—No he visto nada— di la vuelta y salí a buscar a Gina. ¿Dónde ese pudo haber metido? Primer día y ya al parecer tendremos problemas. ¿Por qué tuvimos que ser nosotras quienes encontramos ese escenario comprometedor?— pensando en esto, me taparon la boca y me metieron a uno de los cuartos

—¿Qué crees que haces, Akira? Me vas a matar de un susto— al ver la cara de Akira, me tranquilicé un poco.

—¿Estabas haciendo alguna maldad?

—¿No qué estabas en una reunión?

—Si, salí hace un momento. Quería ver a mi corderito.

—Esa no es manera de buscarme, además te pedí que durante horas de trabajo no me buscaras.

—Nadie nos vio, además te ves muy excitante con esa ropa. Te queda muy bien—Akira metió su mano por debajo del uniforme.

—Akira, no empieces, no es el momento.

—Solo un poquito, corderito—Akira me besó apasionadamente, tal parece que este tipo de situaciones le calientan más de lo normal, pero no puedo dejar que haga esto aquí.

—Akira, detente—puse mis manos en su hombro, para evitar que me siguiera besando.

—¿Qué sucede? ¿No te gusta?

—No es eso, es que…—Akira interrumpió lo que iba a decir.

—Has estado diferente desde esta mañana. Me pides que no me acerque a ti en horas de trabajo, andas por medio del pasillo caminando desesperadamente buscando algo, intento hacerte sentir bien y me rechazas, ¿Qué es lo que pasa?— si le digo sobre la supervisora no sé qué pensaría, además no es que no quiera estar con él, pero en este lugar es algo extraño. No quiero que nada complique la situación, porque si nos descubren traerá problemas.

—No te molestes, Akira, no me pasa nada. Solo me estuvo algo incomodo que de la nada me trajeras aquí.

—Si no te gusta, no lo haré más. Nos vemos en la casa—Akira salió de la habitación. Otra vez lo hago enojar. ¿Qué mierdas estoy haciendo?

Salí un poco después de que Akira saliera. Caminé por todo el piso buscando a Gina, pero no la encontré. Supongo que ya se fue.

—Tu jovencita, ven aquí— escuché la voz de la supervisora a mis espaldas.

—Dígame, señora— traté de ser lo más amable posible.

—¿Dónde está tu amiga?

—No sé, la he buscado, pero no la encuentro.

—Lo que hayas visto, no es lo que parece. Solo espero que guardes discreción, jovencita.

—No he visto nada, señora, no se preocupe.

—Bien, si ves a tu amiga mándala a mi oficina.

—Esta bien— asentí con mi cabeza. Creí que me echarían. El día no puede ir mejor. Todo me pasa por haber mencionado que el día iba bien.

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