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Presentación.

Andrés observó como la taza de té liberaba vapor.

Ahora mismo estaba en el área que le dio el Sabio Lucius para trabajar y el té se lo trajo Luna para que lo bebiera, pero él no lo había tocado.

Girándose le dio una mirada a los drones que ocupaban toda la pared y luego al conjunto de pantallas que estaba al frente de él con un botón de iniciar a la vista para tocar.

Los drones que lo rodeaban potenciaban su IA principal con la cual él se asimilaba.

A pesar de que tenía a Luna a su lado, seguía teniendo una IA que la usaba para su trabajo y que potenciaba con otras IA.

El botón que estaba en la pantalla daría inicio al ataque en contra del Gremio de Héroes y Andrés desde hace tiempo no había vacilado tanto como ahora.

Su objetivo era al Gremio de Héroes, una organización internacional con una alta influencia y por lo que había visto una defensa decente.

Estos no eran criminales o mafias, eran verdaderas autoridades que si lo descubrían lo podrían meter en prisión.

Andrés hasta ahora había hecho trabajos ilegales, pero esto estaba a otro nivel a causa de que la organización era demasiado importante.

Y…

"…"

Andrés tocó el botón para iniciar viendo como los comandos grabados se activaban y su IA principal iniciaba.

¿Por qué lo hizo? ¿Fue para ponerse a prueba? ¿Para ver que tan capaz era?

Trabajó al lado de Serena que le enseñó una clase de trabajo superficial y luego se involucró con Fausto en donde aprendió lo peligroso que podía ser trabajar detrás del escritorio.

Con ambos aprendió y mejoró su destreza no relacionado con una habilidad, sino que de conocimiento y trabajó duro para mejorar.

Sin embargo, en ningún momento sintió la tensión como ahora y la dificultad de lo que estaba haciendo como este trabajo.

Ya no podía retirarse… No desde que había preparado cientos de formas de infiltrarse y había organizado todo para cuando él tocara el botón de iniciar.

"¿Nervioso?" Preguntó Luna desde el reloj holográfico.

Ella le había dejado el té y le mencionó que se había ido, pero Andrés sabía que ella había estado con él, probablemente leyendo su mente.

Era increíble como ella podía estar conectado a su mente y Luna había avanzado tanto que ahora podía permanecer oculta, leyendo su mente.

"No estoy todo el tiempo. Te doy momentos de privacidad."

La respuesta vino de una figura de diez centímetros con una forma humanoide y con alas mecánicas que la mantenían en el aire.

"¿Un nuevo invento de Lucius?" Preguntó Andrés observando a Luna entrar a la sala.

Cambio de tema, ya que dudaba de la privacidad que ella lo dejaba y la verdad era que a veces la necesitaba.

Había pensamientos que no controlaba como cualquier persona y que otro lo supiera lo agitaba, así que le gustaba tener privacidad.

Esta vez él observó a la figura de color plateado que volaba y Andrés levantó la ceja al ver que la figura tenía una forma femenina.

El rostro no tenía detalles, pero el cuerpo era femenino y por las curvas sin duda se tomaron varios atrevimientos para desarrollarla.

"Por mi experiencia a ustedes le gustan las proporciones agradables." Respondió Luna a sus pensamientos.

Andrés tosió sutilmente y mantuvo la sonrisa.

"Y sí, fue desarrollado por Lucius en su tiempo libre." Respondió Luna y revelando sus ojos, señaló. "Y no respondiste."

El rostro de metal, que antes no tenía detalles, reveló ojos con dos pequeñas esferas de color azul y labios, al igual que una nariz.

Estaba adaptando la forma que proyectaba al usar un dron en el cuerpo del robot que cambiaba y le estaba dando cada vez más detalles.

Era probable que si le daban tiempo, Lucius podría crear alguna clase de robot a escala humana con una piel sintética y cuerpo real… El Sabio era capaz de tal creación.

Sin embargo, la elección de tener un cuerpo físico dependía de Luna, que hasta ahora había permanecido a su lado en modo virtual, acompañándolo en prácticamente casi todo.

"Deja de distraerte." Dijo Luna y voló hacia él, entonces se sentó en su cabeza.

Andrés podía sentir los pies y luego las manos tirando de su pelo queriendo molestarlo.

Cuando él decidió cuidarla, ella era curiosa tomando un lado algo infantil a la hora de mostrar curiosidad por todo y luego fue creciendo hasta que en un punto se convirtió en una adulta.

Sin embargo, a su lado seguía actuando infantil a pesar de que ella era alguien que probablemente tenía el conocimiento de otra vida.

Luna, al darse cuenta de que no respondía, le tiró varios mechones y Andrés, al sentir el dolor, se rio un poco más relajado.

Mientras su risa mermaba observó las pantallas y los diferentes paneles de cargas que pasaban con rapidez antes de que nuevos aparecieran.

"Estoy nervioso." Respondió Andrés y observando las pantallas, agregó. "Pero eso no significa que me quede sin hacer nada."

Estaba nervioso, era imposible negarlo.

También este trabajo no era extremadamente importante y era algo que le pidió Edward para que completara y si bien fue un pedido personal, Andrés lo quería hacer.

La razón era para probarse a sí mismo y para poner a prueba sus habilidades.

Si seguía tomando trabajos de maridos celosos que querían la contraseña de las redes sociales de sus esposas, nunca sabría si había mejorado.

Ayudaba que se involucrara con las mafias y sus redes de información, como lo hizo en Rumania, pero ellos eran débiles en muchos sentidos.

Sin embargo, el Gremio de Héroes era todo lo contrario.

Organizados y extremadamente defendidos, la red de los héroes estaba altamente protegida y un error no solo los pondría en guardia, sino que podrían responder y tratar de buscarlo.

El nerviosismo al peligro era algo que no había sentido en un buen tiempo.

"Está bien, yo te protegeré." Dijo Luna y luego flotó delante de él para mirarlo.

Media alrededor de unos diez centímetros y era pequeña, pero la mirada y la expresión era visible o al menos Andrés podía sentir la preocupación y la determinación de ella.

"Claro, encantaras a tus enemigos con tu figura o lo seducirás con tu encantadora voz." Dijo Andrés soltando un bufido.

Luna tembló de pie a cabeza mientras volaba.

Ella eligió la figura curvilínea y también la voz seductora y Andrés no pudo desaprovechar la oportunidad para burlarse de ella.

"Quizás. Mi voz sigue gustándote." Replicó Luna.

Esta vez Andrés tosió sutilmente y al ver que ella sonría, mantuvo silencio.

"Y es cierto, no tengo armas. Quizás deba pedirle a Lucius que le agregue armas en miniatura al cuerpo." Dijo Luna y entonces flotó hacia la puerta que se abrió por si sola.

Lucius estaría encantado de poner sus habilidades al límite para agregar armas a una figura robótica de diez centímetros.

Andrés, al darse cuenta de ello, le dio una mirada de vuelta la pantalla y luego de ver que todo seguían orden, siguió a Luna.

Su IA se estaba encargando de todo el trabajo y él estaba conectado, así que podía hacer otras cosas mientras seguía trabajando.

Lo que buscaba era infiltrarse y había preparado cientos de medios para infiltrarse al núcleo de la red y obtener toda la información, pero para lograrlo necesitaba ir paso a paso y en completo sigilo.

Esperaba que terminara pronto, pero por ahora podría tratar de relajarse.

******

São Paulo es la ciudad más poblada de Brasil y unos de los centros financieros más importantes de la región, pero también una de las áreas con mayor crimen.

Nicole, que estaba en la parte trasera de un auto blindado, observó las calles y las luces de la ciudad.

Era de noche y todo el centro era brillante y colorido con las luces, los anuncios y la gente caminando para todas partes.

Esta ciudad era el Último Bastión del bajo mundo en Sudamérica.

No era que en otras ciudades no hubiera organizaciones criminales, pero en esta ciudad permanecían criminales que no fueron detenidos por el Emperador Víctor.

Detrás de esas luces brillantes y esos negocios importantes se encontraban diferentes organizaciones, algunas más prestigiosas y agresivas que otras.

Incluyendo organizaciones internacionales y aquí había negocios criminales de todo tipo.

"Estamos por llegar."

María habló desde el asiento delantero y Nicole revisó su máscara de huesos y luego miró el vestido blanco que llevaba.

Era un vestido de diseñador y si bien no revelaba demasiada piel, aumentaba sus encantos en gran medida.

Ella era delgada, así que cualquier aumentó era agradable y si bien entrenaba a diario su físico no cambiaba demasiado.

La máscara no cambiaba su físico, pero si el rostro, el cabello y los ojos, dando una impresión única cuando llevaba este vestido.

Si ella llevara el vestido en su verdadera identidad, no tendría el encanto y la atmósfera que daba en este momento.

Nicole, luego de comprobar su apariencia, volvió a mirar por la ventana.

Estaban dirigiéndose a la entrada de un hotel y María aparcó el auto y entonces salió para abrir la puerta y entregar la llave al encargado.

Nicole bajó con sus tacos altos y dio un paso recibiendo la mirada atenta de los trabajadores y de otros visitantes.

Algunos más descuidados miraron sus piernas y cuerpo con una intensidad mayor y ella dirigió su mirada a esos hombres.

"…"

Apenas sus miradas se cruzaron, los hombres bajaban las cabezas tragando con miedo al ver sus ojos rojos en forma de gato y su máscara.

Esta no era una fiesta de máscaras, sino que una fiesta de gala en donde se encontraban la mayoría de las organizaciones criminales o representantes de ella.

Había muchas maneras para ella mostrar que estaba en la ciudad, pero esta era la que eligió.

"Vamos cuando usted quiera."

María que llevaba un traje abrió su mano para abrir paso y Nicole observó a Ye An que llevaba un vestido tradicional chino y luego a Aldina que llevaba una túnica elegante.

Ambas bajaron desde el segundo auto que la estaba siguiendo.

Al ver todas ya estaban, ella caminó hacia adelante con elegancia, recordando las enseñanzas de Ersin sobre los modales y la etiqueta.

Ersin daba muchas clases y entre todas ella estaba la clase que enseñaba sobre etiqueta y la elegancia.

Algo que Nicole no tenía y que probablemente nunca hubiera tenido si no fuera porque actualmente estaba tomando el papel de Bastet.

Y Bastet era una mujer que actuaba elegante y que ocultaba alguien peligroso, así que ella necesitaba ajustarse a esa idea.

Caminando a la entrada, los trabajadores murmuraron entre ellos y luego un guardia se acercó poniéndose delante de ella.

"El hotel hoy ha sido alquilado para un evento privado." Dijo el guardia observando a las cuatro.

La presencia que emanaba era de un rango S que dejaba ver una pizca de peligro y que evidenciaba que no era un tipo simple.

A diferencia de los criminales locales a los cuales ella se había enfrentado antes, este era alguien que se había ensuciado las manos.

Algo que algunos jefes criminales de rangos S no hacían o no como uno esperaría de un jefe criminal.

Nicole, al recibir la mirada, sonrió al darse cuenta de que la ciudad era tal como esperaba.

"Lo sé. A la rama local de la Sociedad de Asesinos le gustan estas fiestas." Respondió Nicole y sonriendo al ver que la expresión del hombre cambiaba, agregó. "No te preocupes. Hoy no he venido a buscar problemas. Al menos no si alguien no me provoca."

Esta fiesta fue organizada por la rama local de la Sociedad de Asesinos, una extensa organización mundial que Nicole no había conocido hasta que leyó sobre la ciudad.

Las ramas de esa organización se extendían a diferentes ciudades importantes y países enteros, siendo una de las organizaciones que reunía a muchos criminales y asesinos.

Y la rama local de la ciudad organizaba fiesta, cooperaba con otras organizaciones y mantenía este bastión en pie.

Las fiestas eran extremadamente reservadas y si bien ella no tenía invitación, no era que la necesitara.

El guardia observó a los rangos S que la seguían y luego a ella, entonces se apartó mientras se comunicaba con un artefacto.

Nicole caminó al ascensor y subió con sus compañeras de esta noche.

La dejaron pasar con facilidad y no era porque ella fuera extremadamente fuerte, sino que la imagen y la reputación que había creado.

La conquistadora de la Ciudad de Río de Janeiro y aquella que se estaba expendiendo por las tierras de Brasil.

Una organización reservada y con contactos internacionales tanto en el continente asiático como en el continente africano… Trabajar en China con Jasar dio sus frutos.

A diferencia de las mafias locales en la ciudad, estas organizaciones le importaban la reputación y el prestigio que había detrás de cada persona.

La Sociedad de Asesinos era internacional, pero sus ramas eran locales y ellos tenían sus respectivos jefes que tomaban las decisiones y que mantenía conexión con otras ramas.

En cierta forma gozaban de autonomía para dirigir los negocios y si bien algunos actuaban como intermediarios entre el empleador y el empleado, otros le gustaban involucrarse en los asuntos criminales.

La rama de São Paulo era de esa clase.

Jugando con el anillo espacial en donde tenía la estatua, Nicole pudo percibir como varias presencias lo esperaban en el último piso y sonrió al no sentir amenaza.

La entrada se abrió y desde el otro lado la mujer vestida de traje la esperaba, la observó.

La mujer era alta más que ella, cerca de un metro ochenta y el cabello azul y los ojos azules era lo primero que resaltaba.

La mujer sonrió con sus labios pintados en rojo y se acercó a ella, entonces cuando Nicole quiso dar la mano para saludar, la mujer tomó su mano y besó el dorso de la mano.

También jugueteó sutilmente con su palma provocando un cosquilleo que la hizo temblar.

"Supongo que no saludas a todos de esta manera." Dijo Nicole tratando de ocultar el temblor.

La mujer tenía un rostro maduro, una nariz pequeña y pestañas largas, no tenía arrugas y parecía en sus veintitantos.

Según la información que María había reunido, la mujer superaba sus cincuenta años.

"Es un saludo que hago con aquellas cuya belleza me deslumbra." Respondió la mujer sonriendo sutilmente sin soltar su mano y fue cuando Nicole le dio una mirada seria, que ella sonrió. "Lo siento. Me había perdido en las bellezas que llegaron a mi fiesta."

Nicole fue sorprendida por el saludo con la mano, pero al recibir ese halago simplemente lo ignoró y con un pañuelo que María le dio se limpió la mano marcada con el beso.

El ascensor daba a un pasillo con las puertas abiertas y desde la sala que estaba al extremo podía verse varias personas observando atentamente.

Que la anfitriona de la fiesta y jefa de la rama local de la Sociedad de Asesinos viniera a recibirla era una muestra de autoridad.

"Vengan. Síganme." Ordenó la mujer dando una señal para que los guardias se alejaran y ella los guio a la sala principal.

La música venía del centro de la sala en donde un grupo musical tocaba y varias bailarinas con una vestimenta extraña se movían.

Era extraña no por el diseño que daba la impresión de ser similar a la vestimenta de las bailarinas árabes, sino que era extraña por las telas con la cual estaban diseñados.

Las telas no eran traslúcidas, pero estaban cerca, revelando piel ligeramente cubierta de manera sutil por los velos que se agitaban.

Siempre en el límite de promiscuidad y misterio que daba una sensación única a la fiesta.

Los mozos caminaban por el área llevando y trayendo bebidas para los diferentes invitados de esta noche.

Hombres y mujeres de toda clase, algunos eran del mundo de los negocios, otros eran famosos regionales y luego estaban aquellos jefes criminales.

Aquí no estaban los pequeños peces, sino lo que gobernaban desde arriba, ocultos detrás de las sombras, actuando en silencio.

Era difícil descubrir quién era un criminal y quien no y más cuando usaban artefactos para ocultarse y disfrazarse.

"Espero que sea de su gusto. Si supiera que usted venía… Hubiera hecho algo más privado." Dijo la mujer revelando una sonrisa y algo de lujuria en la mirada, entonces ocultándola con una sonrisa, se presentó. "Valeria. Supongo que la gobernante de Río de Janeiro ya me conoce."

Nicole observó la gente, sintiendo la presencia de rangos S de aquellos que estaban presente.

Algunos revelaban la animosidad directamente, quizás porque algunos de ellos estaban conectados con negocios en Río de Janeiro o quizás por otras razones.

Al final fue lo mismo para Nicole.

No vino a disfrutar la fiesta.

"Si te conozco y conozco a la gente con la que te rodeas. Pusilánimes que le gustan esconderse detrás de otros y criminales de poca monta. Sobrevivientes de una era pasada." Dijo Nicole y sonriendo, agregó. "Me preguntó por qué no fueron eliminados hace tiempo. Al final tendré que hacer yo el trabajo."

Si antes escuchaban atentamente al momento en el que terminó de hablar, las presencias surgieron.

Cerca de quince a veinte rangos S, algunos eran jefes de distintas mafias y organizaciones criminales, pero había más ocultos.

Y a pesar de que la presión apuntaba a ella, Nicole sonrió sin resistir la emoción por el desafío.

Bastet no necesitaba ocultar el deseo por la batalla, así que ella no lo hizo. No necesitaba hacerlo.

Vino aquí no para presentarse, sino que para dar una declaración de guerra y lo hizo abiertamente, porque algunos de esta gente enviaron personas cuando ella trataba de conquistar Río de Janeiro.

Girándose a Valeria que llevaba una sonrisa, Nicole continuó.

"Había imaginado algo más de esta fiesta. Ahora estoy un poco decepcionada. Supongo que ahora que estoy aquí tendré que realizar algunos cambios."

Eliminar la maleza, aquellos que no le gustaba e instaurar un orden… Su orden.

Algunas personas lo entendieron, pero nadie decidió atacar y simplemente mostraron ira y rencor por sus palabras.

La arrogancia de una gobernante… Tal arrogancia era necesaria para provocar a esta gente, para sacudir a los débiles y para dejar en claro que tenía confianza para gobernar.

La gente vendría a sus pies una vez que creyeran que con ella podrían lograr más.

Sin embargo, a diferencia de la molestia o el rencor, Valeria mantuvo la sonrisa sin mostrar cambios de expresión y simplemente reveló un brillo espeluznante en su rostro.

Una lunática con un historial criminal profundo… Esa clase de persona era la Representante de la Sociedad de Asesinos.

"Me despido." Dijo Nicole y simplemente se giró sin escuchar a nadie y se dirigió de vuelta al ascensor.

Aquí estaba rodeada de enemigos, pero nadie se atrevería a atacarla, no por la organización que ella había creado, sino que por la autoridad local.

Si un escándalo sucedía, las autoridades llegarían y muchos tendrían problemas.

Nicole jugueteó con el anillo en donde estaba la estatua y al descender y ver que nadie la detenía, sonrió.

Esta clase de criminales con los cuales se había reunido eran hombres de negocios que le gustaba mantener cierta imagen de jefes criminales prestigiosos.

Sin embargo, este era solamente uno de los dos grupos que existía en la ciudad y hoy vino a reunirse con ellos.

Dependiendo del resultado de hoy, vería como se encargaba de los otros.

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