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CAPÍTULO 50- Gigantes lujuriosas.

Humanos contra demonios.

CAPÍTULO 50

Ah... Sí, lo admito, me siento atraído por mujeres altas y fuertes... No sé por qué... Creo que me gusta ser dominado... ¿Ese será mi fetiche? No lo sé, no tengo mucha experiencia con las mujeres, así que no lo sé.

Pero, que me gusten las mujeres altas, ¡no significa que dejaré que me violen!

—¡¡No estoy interesado en ser padre, aún soy muy joven!!

Estoy escapando de un grupo de mujeres gigantes muy hermosas. Son del tamaño de una casa de tres pisos. Son realmente enormes.

—¡No escapes, guapo!

—¡Solo queremos tener a tus hijos!

—¡Queremos que tú seas el padre de nuestros hijos!

Volteo a verlas con miedo... ¡Me quieren violar! ¡Quieren abusar de mí! Algunos hombres pensarían que tengo mucha suerte, pero ¡son gigantes! ¡Podría morir si me violan!

—Si me atrapan, me van a violar, y lo más seguro es que muera.

Me tropiezo con una roca y caigo al suelo... ¡Me distraje, maldita sea!

—¡Mierda!

Una mujer gigante me toma la pierna izquierda y me levanta del suelo.

Todas me rodean y me observan sonrojadas.

Todas saborean sus labios... Están excitadas... Mierda... ¡¿Por qué siempre quieren violarme?!

—Empecemos.- Dicen todas.

Trago saliva... Mierda, estoy muerto.

—Estoy perdido.

Bueno, se preguntarán cómo terminé en esta situación... Bueno, verán, llegamos a la Capital hace dos horas y decidí hacer una misión...

(Dos horas antes.)

Yo y los demás observamos la Capital desde lejos.

—¿Estás seguro?- Dijo Treis.

—Sí, iré solo, tú cuida a Nirfa, sería peligroso llevarla a una misión.

Y, considerando que los humanos discriminan a los Elfos, prefiero evitar que Nirfa reciba insultos y se sienta mal.

—Está bien, aquí te esperaremos.

—Gracias.

Le acaricié la cabeza a Nirfa.

—Regresaré pronto.

—E-está bien.

Minutos después.

Estoy parado frente a un hombre, que es el maestro de este gremio... Ahora que me doy cuenta, es el primer maestro del gremio que conozco.

Tiene los ojos totalmente abiertos y la boca completamente abierta.

Tiene una expresión de sorpresa mientras observa una tarjeta.

Ah, esto se volvió un clásico para mí.

—¡Realmente eres el chico de los rumores! ¡Tienes todos los tipos de magia!

Todos los aventureros que están en el gremio me observan asombrados y con curiosidad.

—Ya he pasado por esto varias veces. Tengo prisa, necesito que me dé una misión, la que sea, por favor. Me muero de hambre y necesito el dinero.

Quiero comprarle comida deliciosa a Nirfa.

—E-está bien... Últimamente el ganado de algunas granjas ha sido robado por un grupo de gigantes. ¿Puedes ir a matarlos?

... Ah, prefiero matar... Seguramente esos gigantes se están muriendo de hambre... Intentaré dialogar.

—¿Es necesario matarlos?

—Es eso o encontrar una manera de evitar que sigan robando.

—Está bien, lo haré... ¿En dónde puedo encontrarlos?

—Se encuentran en el desierto "Grepa". Ahí se han visto últimamente.

—Desierto... Está bien... ¿En dónde queda ese desierto?

—Solo debes ir al sur, está muy cerca de la capital.

—¿Cuánto tardaría corriendo?

—Tal vez una o dos horas.

—Está bien, tomaré la misión.

Espero que no intenten matarme.

Ya me humillaron una vez, no quiero que me humillen de nuevo.

Más de una hora después.

Observo a un grupo de mujeres gigantes comiendo y hablando. Estoy escondido detrás de una gran roca.

—Ahí están... Son muy hermosas... Tal vez si hablo con ellas las pueda convencer de que no sigan robando.

Suspiro y me dirijo a ellas.

Usaré mi encanto natural.

Sé un caballero, Daniel. Si las tratas bien y das una buena impresión, tal vez las puedas convencer, Daniel.

Las mujeres se dan cuenta de mi presencia.

—Un humano.

—¿Es un aventurero?

—¿Vendrá a matarnos?

Me rasco la cabeza y sonrío.

—¡Buenos días, lindas, ¿cómo están?!

Todas se sonrojan y se acercan a mí.

—Nunca había conocido a un humano tan guapo.

—¿Cómo te llamas?

—¡Mi nombre es Daniel, mucho gusto en conocerlas!

—Daniel... Es un nombre raro.

—Sí, es la primera vez que escucho ese nombre.

—Esperen... Creo que ya había escuchado ese nombre antes... Daniel... ¡¿Daniel?!

Una mujer gigante se acerca demasiado a mí.

—¡¿Eres el chico de los rumores?!

—Supongo que te refieres al rumor de que derroté al Rey Demonio. Sí, soy el de los rumores. Lamentablemente, sacrifiqué algo de mi poder mágico y me volví débil.

Todas se acercan demasiado a mí.

—¡¡Increíble!!- Gritan todas.

Me alejo un poco... Me duelen los oídos, gritaron demasiado cerca de mí.

—Bueno, la verdad es que vine a pedirles que dejen de robar el ganado de los granjeros, si no lo hacen, aventureros podrían venir a matarlas. Yo no quiero matarlas, es por eso que les estoy pidiendo que no sigan robando.

—¡Chicas, reunión!

Todas forman un círculo y murmuran.

Ah, ellas parecen civilizadas. El diálogo podrá funcionar. Las palabras funcionan mejor que la fuerza.

—Espero que acepten.

—Bien, eso haremos.

Una mujer gigante se acerca demasiado a mí.

—Lo haremos, pero con una condición.

—¿Cuál es la condición?

—Queremos que nos embaraces.

Hay un gran silencio incómodo y me alejo temblando y sonrojado.

—¡¿Eh?!

—Queremos que nuestros hijos sean igual de poderosos que tú.

—¿Aceptas?

—¡N-no haré algo como eso! ¡Apenas las conozco!

Mueven sus manos de forma rara mientras saliva sale de sus bocas.

—Vamos, no seas egoísta.

—No te cuesta nada.

Me alejo más de ellas.

—Vaya, vaya. Qué rápido pasa el tiempo. Fue un gusto conocerlas. ¡Adiós!

Me alejo corriendo de ellas y empiezan a seguirme.

—¡Mierda!

(Presente.)

Y eso fue lo que pasó.

—C-chicas, soy un hombre casado, no puedo hacer lo que ustedes dicen... Y aparte, soy menor de edad.

—¡No nos importa!

—¡No quiero matarlas! ¡Haré otra cosa, por favor, no me hagan nada raro!

—¿Cualquier cosa?

—S-sí.

Todas se voltean a ver.

—Queremos que nos consigas la roca "Giganma". Hace años, unos nobles del país "Ejico" nos la robaron.

Prefiero hacer eso que ser violado.

—Suena fácil, lo haré... ¿Cómo se llama la familia de los nobles?

—No lo sabemos, deberás averiguarlo.

—Está bien... Les prometo que recuperaré su roca, pero ustedes prometan que no volverán a robar.

—Lo prometemos.- Dicen todas.

Suspiro aliviado.

—No creo que sea tan difícil... ¿Quieren que les enseñe a pescar?

Estuve una hora enseñándoles cómo pescar, construir criaderos para peces y ganado. Cómo cultivar, etcétera. Esos conocimientos los aprendí en mi viaje con Treis, porque estaba seguro de que esos conocimientos me servirían en el futuro.

Ellas tienen una gran memoria, aprendieron rápidamente lo que les dije... Aunque me sigue sorprendiendo que no existan gigantes hombres... Qué raro... Este mundo nunca dejará de sorprenderme.

Tres horas después.

Estoy montado sobre Treis mientras sostengo a Nirfa de la cintura.

—Mil monedas... No me fue tan mal... Aunque estuve a punto de ser violado.- Digo con un tono sombrío.

Me dieron un dinero extra por ser el héroe... Estoy seguro de que ese dinero es para que confíe más en ese gremio y ellos me pidan favores en el futuro. Fufu. Lo siento, pero no tengo tiempo para cumplir favores. Acepté el dinero porque ustedes me lo dieron como recompensa por derrotar al Rey Demonio, por eso lo tomé.

—Fufu.

A Treis se le sale una pequeña risa.

—Eres todo un imán para las chicas, Daniel.

—Lamentablemente.

—¿Daniel de verdad es muy guapo?- Dijo Nirfa.

—Guapo y poderoso.- Dijo Treis.

Me sonrojo... Realmente me da pena que digan eso sobre mí.

—Espero que mis esposas no se enamoren de ti si te conocen algún día, Daniel.

—N-no te preocupes, no estoy interesado en el sexo ni en el romance... M-mejor cambiemos de tema... ¿Llegaremos en 10 días?

—Tal vez en 12.- Dijo Treis.

—Está bien.

Levanto la mirada.

En algunos días entrenaré con Dios... Y no he entrenado nada... Mejor empiezo a entrenar.

No quiero decepcionarlo.

Al anochecer.

—¡Está delicioso! ¡Gracias por la comida!

... Ah.

Ver a Nirfa comer y disfrutar la comida llena mi corazón de alegría.

Le acaricié la cabeza a Nirfa.

—¿Quieres más?

—¡¿Puedo repetir?! ¡Muchas gracias!

Ah... Realmente quiero proteger su sonrisa.

Pensé que me tomaría más tiempo ganarme su confianza, pero Nirfa ya confía mucho en mí... No te preocupes, Nirfa, yo te protegeré siempre.

Me volveré fuerte para ser capaz de protegerte... Lo prometo.

Días después.

Estoy parado frente a Dios, Destino y Desmolfer. Estamos en un lugar muy hermoso, un hermoso valle verde.

—Has entrenado bastante estos días, pero no es suficiente.- Dijo Dios.

Literalmente entrené hasta desmayarme... ¿Y no es suficiente? Ah, realmente los demonios serán más poderosos que Monderfol.

—Tu madre te va a derrotar con facilidad si no entrenas más...- Dijo Desmolfer.

Dios le da un golpe en la cabeza a Desmolfer con su puño derecho.

¿Eh?

—¡Cállate!

—¡No me golpees, anciano!

¿Mi madre? ¿A qué se refieren con eso?

—¿M-mi madre?

Dios suspira.

—No quería decírtelo, pero las almas de los demonios no regresaron al infierno, así que lo más probable es que Solfrar, el antiguo Rey Demonio del infierno del mundo 1, tenga almacenadas sus almas y, en un futuro, los demonios regresen... Eso significa que es probable que vuelvas a pelear con tu madre... Tal vez ellos sean los demonios que aparecerán próximamente.

Cierro el puño con furia... Mi madre volverá... Maldita sea... ¿Por qué me siento feliz con eso? Estoy feliz y enojado.

... ¿Realmente quiero volver a verla?

¿Me siento feliz porque ella regresará?

Ah... No sé qué pensar al respecto.

—Dios... Quiero pedirte un favor.

—¿Un favor?

—Dime todo lo malo que ha hecho mi madre, por favor.

—Está bien... Pero después del entrenamiento... ¿Estás listo?

—Sí... Lo estoy.

Si descubro todo lo malo que ha hecho, podré odiarla al 100%... Debo odiarla.

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