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Capítulo 30: Reunión

編輯: Adrastea Works

—Ausra, ¿dijiste que eran de qué clase, de nuevo?—preguntó Dorian, corriendo a zancadas hacia la caravana. La hierba de la sabana crujía bajo sus pies, ligeramente fangosa gracias a la lluvia intensa.

—Grandes osos negros de clase Caelum. Bestias relativamente fuertes que son comunes en muchos mundos. Maximizan su crecimiento en la clase Caelum. Poseen una habilidad relativamente extendida conocida como 'gran fuerza—respondió Ausra.

Tan pronto como vio a los osos, había enviado una pregunta mental a Ausra. La respuesta que obtuvo fue una que lo hizo sonreír.

Tenía dos formas de volverse más fuerte. La primera era encontrar linajes poderosos, y evolucionar en ellos. Esto fortalecería su matriz de hechizos del alma, y entonces podría usar la forma más poderosa, o mezclarla para crear un híbrido.

Sólo podía mezclar de manera segura linajes que estén completamente desarrollados. Su matriz de hechizos del alma necesitaba adaptarse completamente a un linaje y tener su crecimiento e información registrados antes de que pudiera intentar crear un híbrido con él.

Sin embargo, según Ausra, las bestias híbridas no eran necesariamente más fuertes, y algunos linajes simplemente podrían superar a otros.

La otra forma que tenía para volverse más fuerte era mucho más simple.

Cada vez que aprendía una habilidad, esa habilidad quedaba grabada en su matriz de hechizos del alma, y podía activarla siempre, sin importar su forma.

Si seguía acumulando habilidades más y más útiles… se le abría un camino claro hacia el poder para él. Si saltaba para salvar a la caravana aeth, podría exponerse a las personas que lo perseguían, si es que ellos planeaban en seguir después de haber matado al titán.

Podía ser que no supieran que era un titán en ese momento, pero no había cómo saberlo.

Aun así, la oportunidad de conseguir una buena habilidad, aquí y ahora, era demasiado grande como para dejarla pasar. Probablemente aun los hubiera ayudado incluso si no hubiera una habilidad buena para conseguir, pero ignoró eso, encogiéndose de hombros.

También sintió, por alguna una extraña razón, que estaba extrañamente atraído por la caravana. No podía decir por qué. No había tenido esta sensación con ninguna de las otras caravanas.

—Un gran poder conlleva una gran responsabilidad—dijo en voz alta, asintiendo con su cabeza. Su voz era aguda y salió sonando un poco rara. No estaba completamente acostumbrado a esta nueva forma.

Flexionó los dedos y se preparó, acercándose a la caravana.

..

—¡Vayan al frente! ¡Rápidamente!—gritó Lor, juntando las manos delante de él. Estaba preparándose para lanzar un hechizo, buscando una apertura mientras sus compañeros guardias se defendían contra el ataque de la bestia salvaje. Su pálido rostro era incluso más pálido a la luz del ataque, frunció sus delicados labios en un feroz gesto.

Usó su codo para quitar algo del agua de lluvia de sus ojos, el equivalente de la adrenalina para los aeth bombeaba a través de sus venas.

Hoy estaba resultando ser un día horrible.

Después de registrarse en la alianza de mercenarios de la Luna Dorada, él y sus hombres habían tomado una comisión por transportar a un par de comerciantes a Taprisha. Era un viaje simple, a lo largo de una ruta relativamente segura. Los comerciantes querían privacidad, así que se trasladaban en un grupo pequeño.

El puente de mundo a Taprisha era uno de los más seguros, y aunque bestias de todos los tipos iban en tropel a las tierras de la sabana, muy pocas tendrán las agallas de atacar una caravana, incluso una pequeña.

El hecho de que un grupo de bestias de clase Caelum atacara una caravana a lo largo de su ruta era prácticamente inaudito. Especialmente en esta lluvia abandonada por Dios.

—Magia de gravedad: ¡golpe de diez toneladas!—. Lanzó un hechizo, enviando a volar a uno de los cinco enormes osos que los atacaban. Una enorme bola de aire había sido comprimida y luego lanzada hacia adelante, golpeando contra la bestia de dos metros y medio de altura con la fuerza de diez toneladas.

Sangre negra brotó cuando cedió el hombro del oso, resonando sonidos de crujidos. Lor observó, no obstante, que los hombros y brazo del oso comenzaron a reformarse, sanándose a una condición perfecta.

—¡¿Cómo?!—balbuceó, maldiciendo su terrible suerte.

Estos parecían ser grandes osos negros, pero deben ser de otra raza rara. Nunca había oído de un gran oso negro que poseyera el poder de regenerarse instantáneamente.

Había diez combatientes armados en su grupo, todos en la clase Caelum., y solo otro mago. Desafortunadamente, Lizzy, la otra maga, había enfermado y se había quedado en Hasnorth, dejándolo como único apoyo.

—¡Hiyaaah!

—¡Arrrrgh!

—¡Buck, vuelve!

Los gritos de algunos de sus combatientes resonaron mientras intentaban detener a los osos, y fueron empujados hacia atrás. La armadura de cuero blanco que vestían sus hombres estaba diseñada para proteger contra impactos físicos, mejorada mágicamente. Sin embargo, frente a los ataques de oso, parecían que se abollaban con demasiada facilidad.

—¡Protejan a los pasajeros!—balbuceó Lor, preparándose para lanzar otro hechizo.

Desafortunadamente, sus hombres habían caído en el caos cuando los osos los atacaron, empujando a varios de ellos hacia atrás. La mitad de sus combatientes estaban en el suelo, quejándose de dolor e incapaces de poder levantarse.

Uno de los osos, el más grande del grupo, se abalanzó hacia uno de los vagones en el frente, un enorme carro pintado de negro con ruedas grises encantadas. El vagón que llevaba a los pasajeros que se les encargó protege.

—¡No!

..

Mientras más se acercaba Dorian a la caravana, más y más atraído se sentía allí. Como si tuviera algún tipo de conexión. Era algo increíblemente inquietante para él.

Gracias a su diminuta forma, la batalla en curso, y el aguacero, ninguno de los osos u hombres aeth habían notado su llegada.

Los guerreros aeth estaban equipados con armaduras de cuero blanco, manchadas de gris o beige por el polvo o el tiempo, y armados con mortíferas espadas o mazos de hierro. La mitad de ellos yacían en el suelo, muertos o heridos, mientras que el resto estaban luchando desesperadamente contra los grandes osos negros que los atacaban.

Dorian vio a un solo hombre aeth, vestido con una túnica gris manchada por el viaje, que desprendía la apariencia de un mago.

Cuando terminó de asimilar todo, vio a uno de los osos atravesar la línea defensiva, y cargar hacia uno de los vagones de la caravana. Levantó tierra, pasto y barro cuando sus patas arrancaron el suelo, lanzándose hacia adelante.

Dorian apretó su puño y luego saltó hacia adelante. Cuando lo hizo, activó su habilidad de garras de fuego.

En su forma de titán, hizo que sus dos manos brillaran de un rojo ardiente, y se sintieron ligeramente incómodas. El vapor se elevó de ellas, cuando sus manos ahora en llamas chocaron con la lluvia. La leve e incómoda sensación lo hizo fruncir el ceño. Parecía que, aunque podía acceder a la habilidad, no todas las habilidades funcionaban perfectamente en todas sus formas.

Sacudió el pensamiento de su mente mientras volaba por el aire, estrellándose contra el enorme oso.

..

Lor invocó a todo lo que tenía, juntando sus manos mientras trataba de lanzar una Onda de gravedad y de interrumpir al gran oso negro antes de que matara a sus clientes.

Si fallaban en al menos proteger sus encargos, serían expulsados de la Alianza de mercenarios de la luna dorada sin pensarlo dos veces. Había construido toda su subsistencia en ser aceptado en la prestigiosa y extremadamente famosa organización, y aunque podría estar solo en el peldaño más bajo, aun así, era un peldaño en el que se enorgullecía de estar.

No podía fallar en esto en absoluto. Mientras pudiera salvar a los comerciantes, y salir vivo de allí, todo podría ser rescatado. Sin embargo, su corazón estaba destruido con el dolor ante la visión de sus hombres heridos. Sabía que no podía salvarlos a todos.

También sabía que no había forma de que pudiera lanzar su hechizo a tiempo.

Observó con impotente horror cuando el oso se estrelló cerca del vagón, y comenzó a cargar contra él. Al menos, eso era lo que trataba de hacer.

Antes de que lograra incluso rasguñar la superficie del vagón de pasajeros, Lor se congeló, mirando fijamente la cosa más absurda que jamás había visto en su vida.

Un niño desnudo de piel roja avanzando a través de la lluvia con manos que parecían estar en llamas. El niño se estrelló con fuerza en el suelo cerca del vagón y dio un paso adelante, golpeando al gran oso negro con sus propias manos.

RUIDO SORDO

Un golpe que mandó a volar al gran oso negro varios metros hacia atrás, con un enorme agujero en el centro de su pecho. Sangre negra se filtraba del agujero, y la piel quemada sellaba la mayor parte del daño.

Sus hombres que todavía estaban luchando se dieron la vuelta y miraron fijamente, al igual que los otros osos atacantes, que giraron espeluznantemente al unísono.

El niño desnudo aterrizó en el suelo sin ningún problema, mirando hacia sus propias manos como si estuviera sorprendido, antes de girarse hacia Lor.

—¡No te preocupes! ¡Este dra- Este titán divino está aquí para salvarte!

..

Dorian le dio una sonrisa tranquilizadora al mago, sin darse cuenta de lo desconcertante que sus acciones y apariencia lo hacían parecer.

Sabía que su cuerpo estaba en la clase Caelum en términos de fuerza, gracias a que Ausra le había dicho, debido a su matriz de hechizos del alma de clase Magnus Magister. No obstante, no había sido consciente de lo realmente fuerte que era. Los titanes, incluso los titanes jóvenes, eran inusualmente fuertes.

Tener tanto poder concentrado en un cuerpo tan pequeño era una combinación mortal.

Sintió que un poco de energía drenaba de su cuerpo al usar su habilidad de garras de fuego. El gran oso negro era una bestia común con un nivel decente de fuerza, pero aparentemente una defensa deplorable. Pasó a través de él como si nunca hubiera estado allí.

Aun cuando su matriz de hechizos del alma estaba en la misma clase que la suya, si no podía protegerse a sí mismo, la fuerza poderosa no significaba nada.

El resto de los osos estaban congelados, y luego se retiraron de la batalla, volteándose y mirando fijamente a Dorian casi como si fueran uno. Se dio cuenta de esto por el rabillo del ojo. Era un tanto espeluznante.

No obstante, ignoró esto, y las miradas de los guerreros y al mago mientras avanzaba hacia el cuerpo del oso, tratando de absorber suficiente de su sangre para obtener su linaje. El premio que quería estaba aquí.

Mientras avanzaba, un grito de advertencia captó su atención—. ¡Cuidado! ¡Se puede regenerar!—. El mago aeth agitó sus manos frenéticamente hacia Dorian cuando dio un paso adelante, con una mirada de concentración apareciendo en su rostro. Los otros guardias aeth comenzaron a replegarse cerca del mago, moviéndose hacia el vagón que estaba al lado de Dorian. Estaban en guardia, tanto para los osos como para Dorian.

«¿Mmm?» Dorian se quedó mirando el cuerpo del oso enorme en shock. Ante sus propios ojos, el enorme agujero en su pecho se estaba cerrando lentamente. La carne se retorcía, los tejidos y los músculos se estiraban y expandían a medida que se unían. La piel quemada se levantó desde los bordes de la lesión, empujando hacia afuera.

—¡¿Qué?! Ausra, ¡¿cómo puede regenerarse?!—preguntó mentalmente, sorprendido. Se suponía que su forma de salamandra roja tenía una regeneración decente para una bestia de clase Caelum, pero eso solo significaba que podía cicatrizar las heridas rápidamente, y curar rápidamente las heridas más pequeñas.

Regenerar completamente un agujero abierto en la parte central… Era un salto enorme.

—…No lo sé. Todo parece indicar que este es un gran oso negro de clase Caelum. Los grandes osos negros normalmente no poseían la habilidad de regenerarse a tal escala—. La contestación de Ausra no le dio respuesta.

El oso se restauró por completo y se puso de pie, levantando su cuerpo. Al hacerlo, Dorian se dio cuenta de que la extraña conexión que sentía no era con la caravana.

Era con el oso justo frente a él. Dorian saltó hacia atrás unos pocos pasos, manteniendo aún sus manos en llamas delante de él.

En lugar de atacar, el oso solo se giró y miró a Dorian. Su hocico cubierto de pelaje se torció en lo que parecía ser una sonrisa mientras sacudía su pelaje y frotaba juntas sus garras, sacudiéndose la tierra y el agua.

Y entonces comenzó a hablar.

—He distribuido diez mil clones en todas direcciones, ahora a través de dieciséis planetas, pero no puedo creer que encontré a uno de los nuestros en solo un par de semanas. El destino realmente nos une, ¿eh?—. La voz del oso tenía un tono profundo y estaba acompañada por un ruido extraño y agudo. Le dio a Dorian un intento de sonrisa triunfante, la cual, en un oso, solo podía describirse como algo insoportablemente horrible—. Eres el tercero de nosotros que he encontrado.

—Yo…¡¿Qué?—tartamudeó Dorian en respuesta, tomado completamente por sorpresa, mientras miraba fijamente al extraño oso parlante. El pelaje de su cuerpo se había reformado para entonces, cubriendo el lugar donde Dorian había perforado.

El oso puso sus ojos en blanco—. Eres el tercero de los nuestros que he encontrado. Debes ser un número más bajo, ¿eh?

Los ojos de Dorian se abrieron aún más cuando se dio cuenta de lo que se refería el oso, su cuerpo se estremeció cuando se puso en alerta máxima.

—Soy el trigésimo sexto nacido, pero puedes llamarme Mello. ¿Qué número eres tú?

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