No puedo hacerlo

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La basura había empezado a caer. De hecho, era del mundo humano.

¡Esa era una posibilidad entre un millón!

La palma de la mano de Wang Zheng ya estaba sudando.

Segundo tras segundo pasaba.

—Va a empezar pronto. ¡10 segundos de cuenta regresiva!

…

En el dormitorio de la Academia X de Élite, Lin Huiyin había echado a Angela. Sólo la música podía calmarla. ¿Por qué lo echaría tanto de menos?

Fuera de la ventana, una llovizna había empezado. Aunque estaba hecha por el hombre, todavía traía consigo una atmósfera triste. No había habido noticias durante tanto tiempo. ¿Wang Zheng estaba vivo o muerto ahora?

—Te echo mucho de menos.

En ese momento, la lluvia comenzó a caer por la ventana.

A pesar de que sus ojos estaban secos, tenía la sensación de llorar.

—No sé dónde estás ahora...