Li Sicheng condujo el coche con cuidado mientras sujetaba la mano de Su Qianci con su otra mano.
—¿Tienes miedo?
—No, es que tengo una sensación extraña, como si alguien nos estuviera vigilando.
—¿La policía detrás de nosotros?
—No, me refiero a alguien más. Alguien nos ha estado vigilando desde el principio, pero no puedo encontrar dónde está él o ella.
Al revivir, el sexto sentido de Su Qianci se había vuelto cada vez más fiable. Aunque no podía localizar la fuente, cada vez que sentía que algo no iba bien, pasaba algo malo. Incómoda, miró a su alrededor y el sentimiento se fue debilitando. Estaba segura que el sospechoso estaba presente junto a los coches de policía. Pero, ¿por qué no lo habían encontrado?
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