—Lleva éste paraguas. Todavía está lloviendo.
Ella se dio cuenta de que probablemente él llegó hasta ahí caminando, ya que su traje bien planchado estaba un poco arrugado y tenía una capa de humedad. Por su aspecto, lo más probable es que se hubiera emborrachado durante toda la noche en alguna parte. Además, cuando se acercó, pudo oler vagamente el alcohol sobre él.
Qi Lei estaba aturdido. Mientras miraba el repentino paraguas frente a él, no pudo reaccionar de inmediato, así que lo miró atónito por un largo rato.
Después de un momento, sonrió amargamente y sacudió la cabeza. —No necesitas compadecerte de mí.
—No te compadezco. Sólo quería decirte que si quieres que otros te traten bien, primero debes tratarte bien a ti mismo. Muchas veces, la rebeldía terca sólo te hará daño.
在webnovel.com支援您喜歡的作者與譯者