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Capítulo 79: Una Pequeña Advertencia

編輯: Nyoi-Bo Studio

Un constante parloteo sonaba y sonaba.

Peter estiró el cuerpo y se apartó de los pergaminos que tenía en frente. Cuando se quitó las gafas, notó que su visión se estaba poniendo un poco borrosa. Pero esto era bueno para él. Al menos no tenía que ver esas molestas caras porque si no, le sería difícil imaginar cómo seguir adelante.

—¡Silencio, silencio! —Una voz profunda retumbó y ahogó todo el ruido—. Por favor, todos. No estamos reunidos aquípara pelear —un hombrevestido con una lujosa túnica se puso de pie y estiró las manos—. Durante los últimos meses ha habido una serie de ataques continuos a los cargueros que están cerca de las áreas fronterizas, lo que no solo ha provocado la insatisfacción de la Asociación de Comerciantes, sino también un rápido incremento en los precios del País de la Luz. ¡Debemos desarrollar una contramedida tan pronto como sea posible!

—¿Qué más podemos hacer? —Otra persona bajó los pergaminosque tenía en la mano y extendió los brazos con impotencia—. Ya despachamosun grupo de investigación pero todavía no hemos recibido un informe concreto de la situación. Necesitamos descubrir qué está pasando para poder capturar al culpable.

—Eso toma tiempo. Después de todo, solo tenemos unas cuantas pistas, así que debemos seguir investigando.

—¡No hay tiempo! El incremento de los precios está afectando drásticamente nuestro apoyo por parte del público. Necesitamos pensar en alguna forma de revertir esta situación ahora mismo o todo el país caerá pronto en caos.

—Para decir eso, más vale no decir nada —Peter presionó la palma de la mano contra su frente y suspiró. Habían estadoreuniéndose cada día pero no habían podido encontrar una solución. En ese momento, una oscura figura se puso de pie.

—Tengo algo que decir.

Borde.

Al escuchar su voz, el viejo Peter de repente se interesó. Agarró rápidamente sus gafas y preparó la pluma que tenía en la mano.

Borde estaba en sus cuarenta. Sus gruesos labios y cabello dorado, meticulosamente peinado hacia atrás, daban una sensación de dignidad. Vestido con una chaqueta negra sencilla, se acercó al podio, haciendo que el ruidoso salón del parlamento guardara silencio.

—Creo que esta discusión es una pérdida de tiempo. No deberíamos estar pensando en cómo resolverla. Sin importar cómo deliberemos, tenemos que aceptar lo que ya pasó. Justo ahora, mientras nosotros hablamos, el precio de los productos básicos siguesubiendo. Aunque la diferencia no es grande, igual está haciendo que la gente se moleste. ¿No han escuchado? —Borde procedió aseñalar la ventana—. Así es. Ese es el ruido de las protestas. Se nos ha confiado una gran responsabilidad, no podemos decepcionarlos. Aunque síestoy de acuerdo en que tenemos que seguir investigando los ataques, nuestra prioridad debería ser estabilizar el precio para evitar más problemas. ¡Eso es lo que se supone que debemos hacer!

—¿Pero cómo hacemos eso, Sr. Borde? —Al escuchar la pregunta de uno de los parlamentarios, el Sr. Bordesonrió.

—Podemos pedirle ayuda al Reino Munn. Dejemos que ellos resuelvan nuestra escasez actual y que vuelvan a estabilizar el precio del mercado.

—¡Me opongo!

—¡Yo también me opongo! —Alguien se levantó de inmediato y expresósu oposición.

—Nuestra relación con ellos es la misma de antes. No ha habido respuesta del Reino Munn después de tanto tiempo. ¡Eso simplemente significa que no quieren ayudarnos! Si tomamos la iniciativa y les pedimos ayuda, ¡podrían aprovecharlo para obligarnos a hacer concesiones en el futuro!

—¡Así es! Esa dictadora tirana... No creo que esa mujer sea tan buena como para ayudarnos sin obtener nada a cambio.

—¿Por qué le molestaría si vivimos o morimos? Es un ser malvado que no dudaría en matar a su propia gente siempre que pueda estabilizar su reino. ¿Cómo puede una persona así ser un ángel? Es difícil imaginarlo. Me opongo a esta propuesta, Sr. Borde. Nuestro País de la Luz prospera gracias al liberalismo, me niego rotundamente a inclinarme ante el mal.

—A pesar de eso y sin importar qué pase, al final el Reino Munn sigue siendo nuestro aliado.

Al enfrentarse a la oposición de la mayoría, Borde agitó su brazo apasionadamente.

—No tenemos otra opción. Los demás países no tienen suficientes recursos ni la habilidad para ayudarnos. Deberíamos enviarle nuestro mensajero a la Srta. Lidia para expresar nuestra buena voluntad tan pronto como sea posible. Siempre que estén dispuestos a hacer negocios de tarifas bajas con nosotros, podemos dejarles decidir los requisitos de la propuesta. Espero que todos aquí puedan entender lo que quiero decir. Justo ahora, nuestras discusiones insignificantes no ponen nada sobre la mesa, y estoy seguro de que no necesitan que les recuerde los resultados pronosticados de la elección del próximo año si no hacemos nada al respecto. Creo que todos deberían entender lo que estoy diciendo.

Al escuchar eso, pareció que los que se opusieron a la idea de Borde se calmaron. Se vieron entre ellos con impotencia, aparentemente incapaces de dar una respuesta constructiva. Pero igual hubo gente que expresó su opinión.

—¿Pero... Pero qué pasa si la gente descubre que le pedimos ayuda al Reino Munn? Si esto se esparce, igual recibiremos un golpe bastante pesado.

—Creo que no deben preocuparse por este punto —Borde se apoyó ensus brazos—. La gente está preocupada principalmente porel aumento de los precios. Siempre que no hablemos al respecto, nadie sabrá de dónde vino la comida y los demás bienes. Inclinarse ante el Reino Munn no es algo de lo que enorgullecerse, pero por la gente nuestro país, debemos renunciar a nuestro orgullo.

Borde hizo una breve pausa.

—No conocían nuestros asuntos antes, así que, naturalmente, no van a descubrir este ahora.

Cuando los miembros del parlamento escucharon esto, la ansiedad en sus ojos finalmente se disipó y fue reemplazada por la alegría. Este asunto los había mantenido encallados por mucho tiempo, así que era natural que se sintieran aliviados. No cabía duda de que estos parlamentarios sabían que siempre que pudieran apaciguar la molestia del público, serían capaces de asegurar las elecciones del año próximo.

¿Y quedar bien con los demás? ¿Qué era eso? ¿Se puede comer?

—Entonces, Sr. Borde, en cuanto al mensajero...

—Iré yo personalmente —Borde infló el pecho y dijo con confianza—. Le mostraré la mayor sinceridad de nuestroparlamento a la Srta. Lidia —luego alzó la cabeza hacia adelante—. Espero que elparlamento me otorgue su aprobación.

Al ver la determinación de Borde, el viejo que estaba sentado en el punto más alto no habló durante un rato. Luego suspiró, y después de escanear la habitación brevemente, asintió de mala gana con la cabeza.

—Acepto su petición. El parlamento la someterá a voto en la siguiente reunión.

Ese vejestorio.

Todos los parlamentarios pensaron lo mismo y miraron al anciano con desdén. Era tan viejo…¿cuánto tiempo quería quedarse en ese puesto? Demonios, si no fuera por él, ¿cómo se habría vuelto tan pasivo el parlamento?

«Pfff, parece que van a sacarlo de ahí en la siguiente elección. Para ese entonces...»

Mientras varios de los miembros pensaban esto, mantenían su atención en el hombre parado confiadamente en el podio.

Puede que sea la llegada de una nueva era.

-

En ese momento, en la lejana ciudad Piedra Profunda, se desarrollaba otra escena en la Asociación de Mercenarios.

—¡Ese condenado bastardo! —Los mercenariosse sorprendieron al ver a Billy. Tenía la cara pálida cuando cerró la puerta de golpe detrás de él. Caminó por el pasillo y salió de la Asociación de Mercenarios antes de entrar en un lujoso carruaje que estaba justo fuera del edificio.

—¿Qué ocurre? —preguntó un hombre queestaba escondido en las sombras.

—Ese tipo negó todo —Billy estirólos brazos con impotencia—. Aunque hice todosegún sus órdenes, y mostré toda evidencia y proyección mágica que pudiera probar que él fue el asesino, ¡no se inmutó en lo absoluto y dijo que era algo que nosotros habíamos fabricado!

Al recordar la tranquila expresión de Rhode, Billy apretó los dientes con furia. Quería decapitar a Rhode él mismo. Había invertido tanto tiempo, dicho tantas palabras y hasta había revelado la evidencia, pero aquel tipo lo había invertido todo.

—¿Cuál es la respuesta de la Asociación de Mercenarios?

—Dijeron que seguirán investigando.

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