Capítulo 231 –Aplausos

Pero después de verlo, el público sintió que algo iba mal. Fue así especialmente para gente como Hoffman. Tenía un cuerpo gordo, pero era alguien especializado en investigar todo tipo de detalles y técnicas. Inmediatamente pudo ver que ese niño no era alguien con quien fuera fácil tratar. No había nada que criticar, ya fueran los detalles o las técnicas.

Hoffman siempre había pensado que de todos los jóvenes farmacéuticos emergentes en esos pocos años, Elin era el más despabilado; también era discípulo de Balbo. Hoffman siempre percibió a Elin como el más prometedor, pero no creía que dos jóvenes aparecieran juntos en la reunión de hoy. Olvidando que Milo había fallado. A pesar de que esa extraña receta llegó al último punto, no había mucho que recomendar sobre su habilidad. Se había quedado en algomediocre en el mejor de los casos