Xia Ling se fue a su casa. Ella continuó grabando canciones, terminando sus trabajos y cuidando a su hijo. Ella vivió su vida como de costumbre y no pasó nada interesante. A veces, Shaohui le preguntaba: —Hermana, ¿cuándo crees que el tío Li hará que la tía Su se mude? Realmente extraño a Er Mao y la cocina del tío Li.
Xia Ling bajó la mirada y contuvo sus emociones.
—Depende de él. No importa si la ahuyenta o no.
Sin embargo, Shaohui aún podía escuchar el nerviosismo y la anticipación en su voz. El niño estaba muy ansioso y anticipado por el momento de llegar todos los días. Estúpido papá, mamá ya te dio una oportunidad. ¡Será mejor que lo aproveches!
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