A las 4 de la tarde, en la mansión An.
En la ciudad Jiang, donde cada centímetro cuadrado de tierra valía su peso en oro, tener una propiedad con una piscina privada era algo increíblemente raro.
Había un gran espacio de tierra vacía al lado de la piscina y había un jet privado estacionado ahí.
Había aparentemente más gente que hablaba inglés que chino ahí.
El vestíbulo se veía lujoso con la alfombra roja sobre el piso.
El lugar estaba anormalmente tranquilo.
No había muchas más personas, excepto un puñado de invitados.
No era que la gente no quería ir, pero era porque el abuelo An ya había dicho que era una cena familiar, donde no tendrían lugar los negocios.
El abuelo An jugaba ajedrez con los amigos al lado de una mesa de ajedrez de sándalo. El rostro era de verdad serio, pero, tan pronto como Qin Mo entró, una sonrisa al instante apareció en su rostro.
Todos sabían quién era, sin siquiera mirar.
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