«Esto no puede ser correcto... ¿Cómo podría el Sr. Azik ser el primero en la llamada línea de barones, ¿Barón Lamud? ¡Esta es una figura que vivió hace mil quinientos años! De ninguna manera, ¿cómo puedo estar seguro de que la persona del retrato es el primer Barón Lamud?»
Miró la pintura, su mente vibrando de la confusión. Era como si todos a su alrededor se hubieran convertido en monstruos o un sueño donde el mundo entero estaba lleno de dioses.
Levantó la vista y miró al hombre rubio de mediana edad. Extendió la mano para sacar el revólver de la funda de su axila y dijo con voz profunda: —Esto no es una antigüedad. Si no aclaras la situación, te arrestaré y te acusaré de fraude.
No le importaba si la fiscalía caía bajo el departamento de policía. ¡Su único objetivo era amenazar al hombre para obtener información!
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