—Hay gente de las tres familias de mayor prestigio. Hasta hay un representante de la Asociación de Alquimistas, y diez representantes del gremio de los mercaderes. Está claro que no tenemos ninguna chance de obtener ese objeto.
—Aunque no tengamos chance de obtenerlo, no está tan mal presenciar un evento tan importante.
Todos los presentes en el Salón de Subastas estaban abocados a sus conversaciones.
—Por favor, hagan silencio por un momento —dijo la subastadora con una leve sonrisa. —¡Enseguida dejaremos que todos vean el tesoro incomparable!
En ese momento, el salón de subastas se quedó en silencio de repente.
Dos hermosas damas subieron al escenario con una bandeja. Había algo sobre la bandeja. Lo que sea que fuera, estaba cubierto por un trozo de tela púrpura. Solo se podía distinguir su contorno.
—¿Qué es esa cosa?
—¡Qué suspenso!
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