—Rey Dragón, ¿hay mejores formas de controlar una super criatura? —preguntó Han Sen.
El Rey Dragón se apresuró a malinterpretar sus palabras y dijo:
—No te preocupes; cuando me consigas un nuevo cuerpo, nunca te traicionaré. Una acción tan sórdida como esa no parpadearía ni siquiera en las profundidades de mis más miserables pesadillas. Y usted, señor, es una inspiración. ¡Eres tan poderoso como un gigante! Eres una especie de modelo a seguir para mí.
Han Sen señaló a la criatura peluda. El Rey Dragón, entendiendo ahora su verdadera petición, dijo entonces:
—Sí, pero requiere su aprobación. No se puede pedir su respeto para controlarlos.
Han Sen sabía que tenía que haber otro método, uno que fuera un poco más perverso. Pero el Rey Dragón probablemente tenía miedo de decírselo.
在webnovel.com支援您喜歡的作者與譯者