Todos estaban desconcertados al oír lo que dijo.
Incluso Huang Tianfu y el resto no tenían idea de la carta de triunfo que tenía para decir eso.
La gente de Miseria se sorprendió mientras Jie Sha y Zhi Lu estaban completamente enfurecidos.
—¡Imbécil! Te atraparé vivo hoy y te enviaré a la Prisión Fantasma después de que te selle. Te torturarán cada día con crueles castigos. ¡Apuesto a que eso te enseñará una lección!
Jie Sha miró viciosamente a Lin Huang.
Naturalmente, Lin Huang sabía qué tipo de lugar era la Prisión Fantasma. Era el lugar más oscuro y cruel del mercado negro. Casi todos los esclavos de alta calidad en el mercado negro venían de ese lugar. Se decía que no importaba cuán fuerte fuera la voluntad de una persona, se convertirían en esclavos física y mentalmente mientras permanecieran en ese lugar por un largo tiempo. Era imposible para ellos volver a encontrarse a sí mismos.
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