Pasaron dos días. A medida que los fines de semana terminaban, Lin Xin iba a la escuela, como de costumbre. Aunque todavía se sentía deprimida, ella estaba mucho mejor que hacía dos días. Después de todo, fue la elección de Lin Xuan la de irse, en vez de haber sido forzado. Se sintió mucho mejor después de saber ese hecho. Además, Lin Huang la llevaba de compras durante los fines de semana, lo que levantó su espíritu.
Viendo a Lin Xin irse a la escuela, Lin Huang no estaba acostumbrado a estar solo en la casa, ahora que Lin Xuan se había ido. Solía asar algo de carne para Lin Xuan temprano en la mañana, pero ya no tenía que hacer eso. Se tomó su tiempo para terminar su desayuno y se sentó en el sofá después de limpiar la cocina.
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