—¿Un pícaro? No pensé que aquel que escapó la última vez fuera un Explorador.
Al ver a Marvin escapar, el Caballero Negro se sintió lleno de una furia asesina y pensó: —¡Esta vez, definitivamente lo atraparé y robaré su objeto Divino! ¡Ustedes, síganme!
El caballo de guerra subió la cabeza y comenzó a galopar, haciendo un fuerte ruido con sus cascos. En cuanto a los dos llamados, la Mago Leyenda y el Saqueador de Templos Leyenda, cada uno tenía un método para mantener el paso. Pero el Saqueador de Tumbas no se movió. Permaneció en el lugar, examinando todo con una mirada furtiva.
La fría voz del Caballero Negro estalló de pronto: —Si te atreves a escapar, te arrancaré los músculos. Sabes de lo que soy capaz.
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