—Aún no. No estoy seguro si el juicio se llevará a cabo aquí o en otro lado. Estamos esperando.
—De acuerdo —dijo Hio Siqian mientras observaba su foto favorita de Huo Mian.
—Jefe, ¿por qué no simplemente conseguimos otro chivo expiatorio? Entonces la señorita Huo podrá salir de la cárcel.
—¿Luego qué? ¿Irse con Qin Chu? —preguntó Huo Siqian.
El hombre se quedo callado de inmediato.
—Trabajaste para mí por un largo tiempo. Deberías saber que no haría algo tan estúpido. Mian ya les dio mucha evidencia irrefutable por lo que todos creen que es la asesina. No puedo encontrar alguien que la reemplace ahora. No será lo suficientemente convincente, lo que empeoraría las cosas.
—Pero si ya es muy tarde, temo que la señorita Huo estará en peligro. Escuché que el alcalde Song también tiene ojos puestos en prisión. Me da miedo que lastimen a la señorita Huo.
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