Huo Mian le contó a Qin Chu lo que había sucedido con Ning Zhiyuan de principio a fin.
—No fuiste una Mary Sue, Wu Xiaoxue te pidió un favor... —respondió Qin Chu. Luego, se echó a reír.
—¿De qué te ríes?
—Cariño... Creo que tus habilidades de consuelo están mejorando. Pronto podrás iniciarte en el marketing y lavarle el cerebro a la gente... Después de lo que has dicho, Ning Zhiyuan sería un idiota si renunciara a su última oportunidad de ir a Estados Unidos.
—Jajaja, qué respuesta, señor Qin, ni siquiera necesitas maldecir para insultar a la gente. De todos modos, no hablemos más de él, hice lo que me pidió Xiaoxue y cumplí su deseo. Estoy yendo al Centro Bendición del Cielo a cenar con mi madre, ¿vendrás luego?
—No estoy seguro, aún hay que hacer muchas cosas en la empresa. Diviértete con mamá.
—Está bien, ve a buscarme cuando termines.
—Está bien.
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