—Sí quiero tener una boda, y Mian está de acuerdo con cualquier cosa. ¿Qué hay de ustedes, tienen alguna idea? —les preguntó Qin Chu a sus padres por respeto.
—¿Por qué no hacerla a fin de año? —Qin Yumin dio una fecha próxima ya que no quería que su hijo continuara demorando las cosas.
—Es un poco apresurado hacer la boda a fin de año... Quiero una gran boda —respondió Qin Chu.
La Señora Qin lo miró y asintió: —Él tiene razón, es nuestro único hijo. La boda debe ser algo grande, no apresurado.
—¿Qué piensas tú, Huo Mian? —preguntó Qin Yumin.
—Me parece bien todo... Jaja, es solo una formalidad, no tenemos que tener una.
A decir verdad, a Huo Mian no le importaban demasiado esas formalidades. En su mente, como ya se habían registrado, ya eran marido y mujer.
Su vida de casados era estupenda también, por lo que una ceremonia era innecesaria.
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