Con un fuerte ruido, Huo Mian dejó caer el tenedor con el que estaba comiendo su langosta sobre la mesa, se levantó y dijo: —¿Qué derecho tienes de comentar sobre mis asuntos privados?
—Oh, mira, mi hermanita preferida está enfadada, eres tan encantadora cuando te enfadas.
Huo Mian estaba furiosa y quería retrucar pero Qin Chu la tomó de la cintura y dijo: —Mian, vámonos.
Luego de marcharse del restaurante, ella seguía enfadada.
—¿Por qué me detuviste?, debí haberle enseñado una lección.
—Óyeme bien, de ahora en más simplemente evítalo, no te acerques a esa persona, es demasiado conflictiva.
Para Qin Chu, Huo Siqian era alguien peligroso y por esa razón le prohibió a Huo Mian que se le acercara.
A decir verdad, ella siempre lo evitaba pero por alguna razón él siempre aparecía flotando a su alrededor.
Fue lo mismo hace siete años.
—Señor Huo, ¿Quién era esa mujer?
—Mi hermana —rió Huo Siqian.
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