Al ver eso, un pensamiento pasó por la mente de Ling Lan. El aura del líder estaba en un estado caótico, causando que perdiera su habitual compostura. Esa era definitivamente una gran oportunidad para matarlo. Pero justo cuando Ling Lan estaba a punto de hacer su movimiento, tres figuras volaron hacia ellos desde tres direcciones diferentes.
—¡Líder! —gritó uno de los miembros del equipo.
Mientras tanto, otro miembro del equipo vio al ensangrentado Xiao Lai en brazos del líder, y no pudo evitar gritar con consternación: —¡Xiao Lai!
Todavía escondida, Ling Lan lamentó en silencio la oportunidad perdida. Si esas tres personas hubieran venido sólo cinco segundos después, ella habría tenido suficiente tiempo para hacer su movimiento. Ling Lan era una persona decisiva. Viendo que ya no había ninguna posibilidad de lanzar un ataque furtivo, volvió a silenciar todos los signos de su presencia, hundiéndose para esconderse como un objeto inanimado.
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