Pasar 6 años tratando de buscarle un sentido a su vida después de sobrevivir a una guerra biológica no ha sido fácil, mucho menos para Frank que perdió todo lo que amaba frente a él. Sus padres, sus padrinos y los hijos de ellos con los que creció ya no estaban más. Aún no lo superaba y no creía que lo pudiera hacer algún día. Por ello sabía qué, aunque afuera las cosas estuvieran en calma, dentro de él todo estaba en caos. Su cuerpo y mente crearon su propio temporizador o eso es lo que pensaba él. Pero algo más allá le haría ver que él no tiene y nunca tuvo control sobre sí mismo.