—¿Qué obtendría él con que te deje? —Huo Mian lo miró sorprendida.
—Eso dependería de él. Después de todo, no somos él y no sabemos que pasa por esa cabeza suya. Solo lo asumo, no hay ninguna prueba que apunte a él.
—Eso solo prueba su inteligencia, nunca da puntada sin hilo —dijo Huo Mian.
Es por eso que a ella y a Qin Chu nunca les agradóél. Inclusive cuando era jóvenes. Qin Chu permaneció en silencio, él estaba de acuerdo con lo que Huo Mian había dicho.
—Cariño, se me ocurrió algo.
Huo Mian se volteó y se acercó más a Qin Chu. Se veía en sus ojos lo emocionada que estaba.
—Dime.
—Creo que deberíamos seguir pretendiendo que estamos peleados. Seguir el juego del enemigo y ver hasta dónde llega. Él ya colocó las piezas en su lugar, ¿por qué no seguir el juego?
—No, es demasiado peligroso, no quiero ponerte en desventaja.
Qin Chu tomó más fuerte de la mano a Huo Mian, temiendo perderla.
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