—¡Jefe, ha vuelto!
—¿Quién? —preguntó Tristan Sinclair mientras garabateaba su firma en pilas de papeles.
—Tu esposa —el asistente hesitó, observando atentamente a Tristan. Cuando vio las cejas fruncidas de Tristan, se corrigió a sí mismo—. Lo siento, quiero decir tu exesposa, la señora Donovan. Ha regresado con un niño...
Tristan suspiró, observando el contrato frente a él.
Después de cinco años de búsqueda, solo para descubrir que ella ha seguido adelante, se siente herido. Pero no podía evitarlo. Ella se merece la felicidad con otra persona. Aceptaría esta pérdida.
—Se merece un nuevo esposo... —murmuró Tristan, despidiendo a su asistente.
—Jefe, lo que quería decir es lo del niño bonito. Creo que tiene alrededor de cuatro años
Tristan se enojó. Alzó la cabeza, fijando su mirada penetrante en su asistente.
—Necesito que organices una prueba de ADN para el niño. ¡Y consígueme su dirección! —un brillo apareció en sus ojos mientras una sonrisa se extendía lentamente por su rostro.