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Capítulo 18: Amenaza alada

Tracel estuvo a punto de pedirle que le pasara al militar, pero luego se lo pensó mejor. El viejo hombre era tan terco como una mula, por lo que no era fácil de tratar con él. Tracel colgó aún más preocupado, el grupo de Trim era uno de los más numerosos que había contactado y el hecho de que nadie respondiera era preocupante. Luego de ello, llamó a otras dos personas, en el bloque 1 y 3. Por suerte, estos habían logrado algún avance, pero no estaban ni cerca de limpiar por completo sus edificios.

Un poco frustrado, Tracel entró a su cuarto e intentó pensar en qué otras opciones tenía a la mano. Adam, sin duda alguna, querría hablar con él en algún momento.

Mientras tanto, Indi, que había colgado momentos antes, se acercó a Miguel y le explicó lo que le había dicho Tracel. Miguel no conocía los detalles, pero sabía que alguien en el bloque 4 había limpiado su edificio y lo había vuelto un refugio seguro. Había pensado en guiar a su grupo hacia ese edificio, pero la escena que había visto en el estacionamiento le detuvo.

Tres personas habían abandonado un edificio, al otro lado del bloque 2, para matar a los zombies en el estacionamiento. Miguel los divisó mientras se encontraba de guardia en el último piso de su edificio. Sin previo aviso, la cabeza de uno de los supervivientes explotó al ser atravesada por una enorme lanza blanca. La lanza continuó su camino y atravesó un coche antes de clavarse en el concreto.

Los dos supervivientes entraron en pánico e intentaron retirarse. Del edificio salieron otras cuatro personas e intentaron encontrar al enemigo. La lanza blanca desapareció repentinamente y, momentos después, otro de los supervivientes cayó muerto por el mismo ataque.

Miguel observó la escena horrorizado. Los supervivientes señalaron hacia el superbloque y gritaron, pero todo fue en vano. Dos más murieron antes de que el resto se retirara a toda velocidad.

Miguel intentó detectar qué los había matado, pero no tenía a la vista el superbloque. Hecho que al final no fue necesario, segundos después aterrizó algo en el estacionamiento: una figura alada con plumaje negro que sostenía una larga lanza blanca. Miguel no pudo identificar si era un zombie o alguna otra clase de criatura debido a que estaba muy lejos. El monstruo recogió los cadáveres de aquellos a los que había matado y luego se perdió de vista en el cielo.

Desde aquel momento, Miguel vio la escena repetirse un par de veces más en las siguientes horas, cuando el mismo grupo de personas intentó escapar de su edificio. Miguel llegó a la conclusión de que algo observaba atentamente el estacionamiento desde el superbloque.

—Tracel dijo que el grupo que limpió su edificio está limpiando el superbloque, ¿no? Espero que para cuando lleguen aquí puedan matar a esa cosa o estaremos perdidos —dijo Miguel.

—¿Crees que podamos aguantar otra noche?

Por un segundo, el rostro arrugado del antiguo militar se distorsionó por el miedo, pero pronto volvió a la normalidad.

—No lo sé, ayer apenas pudimos aguantar. Pero tendremos que hacerlo si queremos sobrevivir.

Indi intentó permanecer optimista, pero recordó los pocos combates que había tenido con los zombies y un escalofrío recorrió su cuerpo. Solo podía esperar a que el grupo del bloque 4 se diera prisa en llegar.

Mientras tanto, el grupo de Adam se reunió de nuevo y comenzó la limpieza del tercer piso. Lo único fuera de lo normal, fue que el grupo encontró una nueva variante de zombie.

[Zombie Robber].

Era un zombie muy extraño, pues parecía un perro de extremidades alargadas, con la piel marrón, pero ni un solo pelo. Tenía afilados dientes y espeluznantes garras delanteras. Además, como Marlen averiguó, su nombre no era por nada, ya que cuando ella se acercó para matarle, el monstruo saltó rápido y le arrebató su nueva hacha antes de intentar huir. Por suerte, Jane logró matarle antes de que desapareciera. El zombie no resultó muy difícil, pero hizo reflexionar a Adam.

Hasta ahora habían encontrado, en su mayoría, Crawlers y Brawlers y algún que otro Glutton. En el superbloque no parecía existir la variante Fungi, pero al parecer existían otros tipos de zombies. ¿Cuántos tipos de zombies existen? ¿Por qué algunos aparecen en mayor número que otros?

En el tercer piso descubrieron lo que supusieron que era la guarida del Robber. El zombie había acumulado una montaña de objetos aleatorios. Lo más valioso que encontraron fueron algunos paquetes especiales.

El grupo de Carlos se había encargado de limpiar parte de los apartamentos en los pisos 3 y 4, por lo que no tardaron mucho en acabar con los mismos. Sin embargo, lo difícil vendría en el piso 5, donde Rony había detectado dos presencias peligrosas.

Adam y el grupo decidieron atraer al zombie más peligroso hacia el cuarto piso y matarlo en el pasillo izquierdo, lejos del zombie al otro extremo del edificio.

El grupo se puso manos a la obra, pero para su sorpresa, uno de los zombies en el quinto piso resultó ser un Gorger que estaba atrapado en el apartamento. Adam respiró aliviado, pero ocurrió algo inesperado.

El Gorger dejó de dispararles ácido cuando todos se escondieron, pero en cambio abrió la boca y vomitó un gusano blanco repugnante.

[Parásito Gorger].

—Cuidado, el Gorger que maté no utilizó estos gusanos.

El Gorger vomitó un total de cinco gusanos, que se acercaron al grupo reptando lentamente por el suelo y disparando chorros de ácido.

El grupo retrocedió fuera del apartamento, en donde rápidamente aniquiló a todos los gusanos.

—Bueno, eso fue una sorpresa. Si el Gorger puede vomitar un ejército de gusanos, entonces, sin ninguna duda, estaremos en problemas. Por suerte el Gorger no se puede mover, por lo que deberíamos aprovechar y matar al otro zombie en este piso.

Con el cambio de planes, se dirigieron al pasillo derecho y se prepararon para llevar al zombie al cuarto piso. El grupo se acercó al apartamento en cuestión con cuidado.

—¿Soy yo o cada vez hace más frío? —preguntó Miriam. Adam también lo había notado, hacía un frío anormal en el pasillo. Cuando alcanzó la puerta y sujetó la manilla pegó un salto. Sintió el metal helado, incluso, a través de sus guantes.

—Por suerte tengo mis guantes, no quiero saber lo que hubiera sucedido si llego a tocar la manilla con mis manos —Adam reprimió un escalofrío—. Creo que hemos encontrado una variante que tiene que ver con el frío. Será mejor prepararnos para una dura pelea, no tengo un buen presentimiento.

Todos asintieron, tensos. Adam intentó abrir la puerta con cuidado, sin embargo, la misma se abrió de golpe y le golpeó el rostro. Del apartamento surgió una ventisca helada que inundó el pasillo.

—¡Retrocedan! —gritó Adam, que sentía su cuerpo ceder ante el extremo frío. Pero nadie de su grupo le escuchó, pues la ventisca les tumbó al suelo y resonó en sus oídos con un aullido horrible. Nadie podía ver nada a su alrededor y todos sintieron que sus cuerpos se entumecían del frío.

Por suerte, esto no duró mucho. El viento parecía haber estado encerrado en el apartamento, por lo que escapó violentamente y perdió fuerza al expandirse.

Adam y todo su grupo se recuperaron de la abrupta ventisca y fueron capaces de volver a escuchar y ver a su alrededor. Sin embargo, había alguien más con ellos. Frente a la puerta estaba parado lo que parecía una estatua de hielo color azul grisáceo.

[Glaciar Zombie].

Adam respondió primero y disparó su lanzallamas, pero la llama tardó en salir y Adam sintió como si la energía en este ambiente frío se negara a convertirse en fuego. La llama resultante empalidecía frente a las que normalmente generaba el arma. Pero su efecto fue remarcable.

El fuego derritió parte del brazo del zombie, que gritó de dolor y saltó hacia atrás. Pero la llama se apagó casi instantáneamente y el hielo que conformaba el brazo comenzó a crecer de nuevo.

Una pared de hielo bloqueó la vista de Adam en ese momento y la temperatura a su alrededor comenzó a decaer de nuevo.

—Atrás, hacia el cuarto piso —gritó Noah

Todos obedecieron y se retiraron. Sin embargo, el zombie no les permitió retirarse tan fácilmente.

Desde la pared de hielo frente a Adam, se dispararon múltiples carámbanos afilados que llovieron sobre el grupo.

Adam logró lanzarse al suelo a tiempo, pero Miriam recibió uno en la cadera y cayó al suelo. Marlen fue golpeada en el hombro, pero por suerte, su armadura bloqueó el impacto.

Viendo a su hermana herida, Marlen perdió la calma y cambió de dirección. Miriam, aliviada porque su herida no era grave, se preocupó cuando vio que su hermana cargaba contra el zombie.

—¡Hermana, espera!

Adam maldijo y decidió que retirarse no parecía ahora la mejor opción, así que se volteó y disparó el lanzallamas contra la pared de hielo. Para su sorpresa, la segunda llama fue igual de poderosa que siempre. La energía provenía de la bombona y no del ambiente, por lo que la conversión no tuvo problemas.

El fuego abrió un hueco en la pared que dejó a la vista al zombie. Noah aprovechó ese momento para disparar su nueva pistola. Jane, sin embargo, no se dió cuenta de lo que sucedía y continuó retirándose.