webnovel

Fuego

Cuando estaba en el colegio, era una hipócrita conmigo misma, reprimida de todo lo que deseaba y escondida enfermiza bajo la religión, cuando las hormonas me empezaron a pegar, lo intente reprimir. La utilizaba para deshacerme de todo deseo pero nunca fue suficiente, yo la dominaba pero descubrí que me gustaba ser dominada, nunca fue suficiente.

Había pasado un mes desde la última vez que había visto a Hector, nos escribíamos y llamábamos de vez en cuando pero más allá de eso nada, me contaba que tenía un proyecto que hacer que le consumía todo el tiempo y ahora estábamos a finales de abril y yo estaba frustrada.

Tocarme a mí misma no me bastaba y los encuentros con Danilo se habían suspendido totalmente, mi vida sexual se había frenado por un mes entero y yo deseaba hacerlo muchísimo, estoy malditamente frustrada.

Estoy tirada en mi cama y mi celular vibra, Camilo me estaba llamando y yo contesto de manera aburrida.

— Hola perra— me dice él— Voy a beber con dos amigos y te quería invitar.

— Voy— digo poniéndome en pie— Espérame.

— Vamos a estar en mi casa— aclara él— Te esperamos.

Me cuelga y yo empiezo a buscar ropa en mi closet, estoy en ropa interior porque no pensé en hacer planes hoy, me decido por unos pantalones anchos de tela color negros y un croptop de encaje color negro, me pongo una chaqueta de jean encima, tomo un bolso y mi billetera, salgo de mi casa luego de pedir un Uber.

Llegó a la casa de Camilo, él vive en un apartamento con otro tipo que casi ni conozco y son un desastre, siempre está desorganizado. Entró al lugar y el primero que veo es Fernando con su habitual sonrisa, él siempre ha sido coqueto pero nunca hemos llegado a absolutamente nada.

— Hola hermosa— dijo él y yo solo ruedo los ojos, sentándome a su lado.

— Hola guapo— lo molesto, le quitó la botella de Bacardí en sus manos y bebo un largo trago.

— ¿Ya te he dicho que te ves totalmente encantadora?— intenta coquetear él y yo con mi índice corro su mejilla a un lado.

— Sigue intentándolo— lo aliento, quizá si se porta bien hoy podamos hacer algo más— Quizá sea buena contigo hoy.

Él me regala una sonrisa de ilusión y yo solo sonrío, estoy tan frustrada que no me molestaría estar con él justo ahora, bebo otro largo trago de Bacardí y escucho como la puerta se abrió, dejándome ver una cara bonita que yo conozco.

Paco.

Ahora se ve distinto, pese a seguir teniendo una cara hermosa, ahora se ve más maduro y guapo, demasiado guapo, su cuerpo también ha acogido mas musculatura y esta mas alto que la última vez que nos vimos; viste ropa totalmente negra y coge una botella de ron caleño mientras me mira con los ojos abiertos.

— Bueno a beber— llega Camilo tras Paco y nos habla con voz entusiasta.

***

Camilo y Fernando están en el más allá, los únicos conscientes que quedamos somos Paco y yo, él bebe un largo trago de ron y me mira con una sonrisa borracha, se ve bien cuando sonríe de esa manera, se me hace que se ve mil veces mejor.

— Te ves diferente— dice él y yo me encojo de hombros— ¿Así se visten los cristianos?

— No sé— le respondo con sinceridad.

— Te ves muy bien luego de todo el daño que hiciste— recrimina él— ¿Por qué?

— Nada está bien— suspiro y me siento a su lado, quitándole la botella de las manos— Simplemente deje de fingir ser una puritana, estoy cansada de esa mierda.

— Recibí tu correo pidiendo disculpas— recuerda él, mirándome profundamente— ¿Realmente lo haces?

— Si me arrepiento— digo luego de darle un trago al licor en mis pálidas manos— ¿Qué debo hacer para que creas en mi?

— Tienes que recibir todo lo malo que le hiciste a mi amiga— me dice él, acercándose a mi rostro y siento el fuerte olor a licor en su aliento— Ahora.

Rozo mis labios con los suyos mientras siento el deseo crecer en mi, el me agarra con sus dos manos el cuello y pega sus labios violentamente a los míos, el beso es fuerte y siento como su lengua se mete en mi boca de manera invasiva pero es fuego para mi necesitado cuerpo, con mi lengua le respondo con la misma intensidad mientras él hace un poco de presión en mi cuello, aumentando las ganas que hay entre nosotros.

Con mis manos me aferro a su pecho, agarrando su camisa con mis puños y acercándose aun mas a mi, el aumenta el ataque a mi boca, con su lengua recorre toda mi cavidad bucal y lo hace de manera limpia y totalmente violenta, haciéndome jadear contra su boca.

— Vamos— me jala el hacia arriba y nos dirigimos a la habitación de Camilo, torpemente camino hacia atrás mientras él sigue atacando mis labios con los suyos.

Llegamos a la habitación de mi amigo y él cierra con pasador, me jala hacia la cama y allí me tira, con sus manos empieza a recorrer mi escuálido cuerpo pálido hasta que decide sacarme los pantalones y dejarme solo en bragas y croptop. Mi cuerpo arde bajo su toque y con fuerza, empieza a morder mi cuerpo de manera violenta haciendo que lágrimas de placer y dolor emigren de mis ojos que no puedo mantener del todo abiertos al sentir su fuerte tacto sobre mi.

— No seré gentil— me advierte él, sacándome el croptop por la cabeza y exponiendo mis senos que no son para nada grandes, tengo un pecho casi plano pero eso parece importarle poco.

— No lo seas en absoluto— casi le ruego mientras sus labios están en mis pezones rosados.

Agarra mi croptop del suelo luego de sacarles la copa y lo amarra alrededor de mi boca, sin permitirme hablar.

Ataca nuevamente mi pecho, tomando mi cintura en sus manos con brusquedad para que no me retuerza bajo su cuerpo y me siento morir cuando enreda su lengua en mi pecho y muerde, dejando marcas rojas por toda mi piel. Las sensaciones son insoportables y siento que es demasiado al tiempo.

Nunca lo vi de esta manera.

Bajó mis bragas rasgando la piel en mis muslos cuando lo hace, abre sus pantalones y saca su miembro, que es más grande de lo que alguna vez pensé, saca un condón de su bolsillo y lo abre con su boca mientras abre aún más mis delgadas piernas y las acomoda sobre sus hombros, frota su miembro sobre mi húmeda entrada y antes de penetrarme sin contemplación alguna, se acerca a mi oído y susurra.

— Dios bendiga esta vagina— lame el lóbulo de mi oído y luego me persigna.

Me embiste a un ritmo pesado mientras siento todo mi cuerpo arder en un calor intenso, los jadeos se ahogan en mi garganta gracias a la prenda en mi boca que está siendo mojada por mi saliva, sentir el ritmo pesado y violento de sus embestidas me hacen retorcerme bajo su cuerpo mientras la fricción dentro de mi me hace sentir cada vez más caliente, me aferro a sus hombros agarrando en puños su camisa mientras los movimientos cada vez se hacen más intensos y siento como estoy tan cerca de venirme, sintiendo que a esta velocidad no durare mucho.

Llego a mi clímax y siento como él también está próximo a hacerlo porque se mueve más rápido mientras sus labios están pegados a mi cuello, lamiendo descuidadamente y cuando él llega, muerde mi hombro haciendo que lágrimas de placer y dolor abandonen mis ojos.

Nos quedamos un rato quietos mientras recuperamos nuestra calma pero entonces él se endereza y gira mi cuerpo con velocidad, haciendo que mi cara quede contra la almohada.

— No creerás que aquí termine ¿Cierto?— dice él pegando su pecho mi espalda, su pecho ahora está denudo y veo su camisa a un lado de mi rostro— Aun no podemos hacerle velorio a esta vagina— susurra cerca a mi oído mientras lame el lóbulo y pasa sus dedos sobre mi húmeda intimidad— Espero estas delgadas piernas tengan buen aguante, ya siento como tiemblan.

Jadeo ante sus palabras, se demora un rato y luego veo el empaque del condón encima de su camisa, con una de sus manos agarra mi cadera y con la otra gira mi pezón, haciéndome estremecer bajo su agarre, volviendo a penetrar de manera pesada.

¿Esto es premio o castigo?