Jennica tenía un día libre de ensayos, así que terminó yendo a la casa de Keeley y ayudando con los bebés por un rato. Su musical iba a empezar en dos semanas y, a menos que de alguna manera tuviera mucho éxito, duraría los siguientes cuatro meses. Sería bueno pasar tiempo con su amiga antes de que las cosas se pusieran demasiado agitadas.
Tenía que admitir, Violet y Kaleb le provocaban ganas de tener un bebé. Eran adorables, bebés relativamente bien portados. Jennica no estaba segura si eran naturalmente tranquilos o si era porque Keeley y Aaron eran tan buenos padres.
Los bebés estaban bastante consentidos. Las únicas veces que lloraban (aparte de tener hambre o necesitar un cambio de pañal) eran cuando querían que los sostuvieran. Una vez que les prestabas atención, dejaban de llorar como si se hubiera pulsado un interruptor.
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