—Liang Xiaotang se quedó petrificada en el sitio; ¿ese bastardo también estaba aquí? ¿Cómo podía encontrarlo en todos lados?
La persona que más odiaba Liang Xiaotang era Hao Jian, y también era la persona que más temía encontrarse. No era rival para él y se sentía totalmente avergonzada en su presencia.
—Médico Divino Liang, ese chico no solo dijo que fue golpeado por ti, sino que también afirmó ser aprendiz de Liang Wangsun. ¿No es gracioso? —Chen Zifan rió a carcajadas, creyéndose muy gracioso.
En ese momento, Liang Xiaotang le lanzó a Chen Zifan una mirada asesina.
—¿Es gracioso? —Chen Zifan pensaba que era gracioso, pero a Liang Xiaotang no le hacía ninguna gracia en absoluto, porque realmente había sido derrotada por Hao Jian.
Viendo la expresión sombría de Liang Xiaotang, Chen Zifan también se quedó desconcertado y se apresuró a decir:
—Médico Divino Liang, estas no fueron mis palabras, ¡ese chico lo dijo!
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