Mientras Ian y Tarek conversaban sobre los próximos pasos a seguir y si sus habilidades funcionarían en la Tierra, Tarek se detuvo de repente, mirando a su alrededor como si percibiera algo invisible.
—Maestro, su mundo tiene una especie de energía... —dijo con un tono intrigado—. Aunque es mucho más débil que la energía que encontramos en otros planos, parece que se puede transformar en poder para realizar hechizos mágicos. Incluso, podría ser absorbida para mejorar sus habilidades.
Ian frunció el ceño, sorprendido.
—¿Energía? No sabía que mi mundo tuviera algo así. Nunca escuché de esto antes. —Miró a Tarek, tratando de procesar la información—. ¿Estás seguro de eso?
Tarek asintió con seriedad.
—Sí, maestro. Sin embargo, la energía aquí es débil, pero si encontráramos un lugar donde fluya con más fuerza, como una vena de energía, podríamos establecer un laboratorio o un centro de operaciones. Eso no solo mejoraría la eficiencia para crear pociones, sino que también podría ayudarle a aumentar su poder de forma más rápida.
Ian comenzó a caminar por la habitación, pensativo. Esta nueva revelación lo inquietaba. Todo su concepto de la Tierra parecía estar cambiando.
—Si lo que dices es cierto, este mundo no es lo que parece... —reflexionó en voz alta—. Quizás existan personas con poderes, gente que haya descubierto esta energía antes que nosotros. Todo esto podría estar oculto a simple vista.
Tarek se acercó a Ian, aún sintiendo las débiles ondas de energía.
—Si logramos encontrar una fuente lo suficientemente fuerte, maestro, podría entrenar aquí como lo haría en cualquier otro mundo. Y tal vez también podría aprovechar los recursos de este lugar para crear mejores pociones y objetos mágicos.
Ian asintió, viendo nuevas posibilidades abrirse frente a él.
—Tenemos que investigar esto a fondo, Tarek. Si existe una fuente de energía mágica en la Tierra, no podemos dejar que se nos escape. Esto podría ser clave para aumentar nuestro poder... y quién sabe, tal vez haya más cosas por descubrir en este mundo.
Con esta nueva información, Ian decidió que su tiempo en la Tierra no sería simplemente para descansar. Había un nuevo objetivo: encontrar el punto de energía y descubrir los secretos ocultos en su propio planeta.
Después de la revelación de Tarek sobre la energía en la Tierra, Ian decidió tomarse un momento para revisar su situación actual. Abrió el sistema y comenzó a revisar los puntos acumulados tras su última aventura. La cifra era sorprendente.
—800 mil puntos... —murmuró, impresionado por todo lo que había logrado tras vender los recursos obtenidos en su última incursión.
Además de los puntos, Ian también tenía cientos de núcleos energéticos que había recolectado en el proceso. Era consciente de que estos núcleos podían ser la clave para seguir mejorando su fuerza, así que decidió que era hora de poner en práctica uno de los manuales básicos que había adquirido.
—Es el momento perfecto para usar el Manual de Fuerza Básica —pensó—. Con estos núcleos, podré aumentar mi fuerza considerablemente.
Sin perder más tiempo, Ian se sentó en una posición cómoda y comenzó el proceso de absorción. Sentía la energía de los núcleos fluir lentamente en su cuerpo, cada vez más poderosa, reforzando sus músculos y su constitución. El proceso no era fácil, pero Ian se concentró al máximo, recordando la importancia de cada paso.
Tarek observaba con curiosidad, intrigado por cómo Ian usaba los recursos mágicos para seguir evolucionando en este mundo. Sabía que este proceso sería crucial para lo que vendría a continuación.
—Maestro, si logra absorber todos esos núcleos, su fuerza aumentará exponencialmente. Esto le dará una ventaja sobre cualquier posible enemigo que pueda encontrar, aquí o en otros mundos —comentó Tarek.
Ian asintió mientras continuaba el proceso. Sabía que esta era solo una parte de su viaje, pero cada mejora lo acercaba más a su meta: volverse más fuerte para enfrentarse a cualquier desafío que el destino le pusiera por delante.
Mientras continuaba absorbiendo los núcleos energéticos, Ian comenzó a elaborar un plan. Su mente trabajaba a toda velocidad, calculando los próximos pasos para mejorar su poder y aprovechar al máximo los recursos de la Tierra. Sabía que no podía quedarse quieto si quería alcanzar su verdadero potencial.
—Necesito encontrar un lugar en este mundo donde la energía se concentre. Si Tarek tiene razón, podría ser la clave para crear un laboratorio que nos permita realizar investigaciones y fabricar pociones más potentes —pensó Ian en voz alta.
Tarek, quien observaba atentamente, asintió con entusiasmo.
—Maestro, si encontramos una vena de energía, podríamos usarla para maximizar la creación de pociones y aprovechar su poder para acelerar su crecimiento. Además, podríamos desarrollar métodos más avanzados para mejorar su fuerza —dijo Tarek—. También podríamos usar ese lugar como base de operaciones en este mundo.
Ian sabía que este laboratorio no solo serviría para fabricar pociones, sino también para investigaciones más profundas. Quería estudiar los recursos del planeta, las posibles fuentes de energía y cómo mejorar su alma y cuerpo simultáneamente. El fragmento de cristal de alma que había conseguido en el infierno le resultaba especialmente interesante.
—El fragmento de cristal de alma—murmuró Ian—. Este será mi siguiente paso. Debo usarlo para fortalecer mi alma. Si lo hago correctamente, mi control sobre las almas esclavizadas será más efectivo y podré aprovechar al máximo la habilidad de Control del Alma.
Sin embargo, Ian también era consciente de sus límites actuales. Sabía que en algún momento alcanzaría un punto donde la energía de la Tierra no sería suficiente para seguir mejorando. Sería entonces cuando debería regresar al infierno y continuar su camino allí.
—Cuando ya no pueda mejorar más aquí, volveré al infierno. Necesito ser lo suficientemente fuerte para enfrentarme a lo que sea que me espere en ese lugar —concluyó Ian, decidido.
Tarek asintió de nuevo.
—Maestro, haré lo que esté en mi poder para asistirlo. Si encontramos el lugar adecuado, construiré el laboratorio y crearé las pociones más poderosas que pueda.
Con el plan claro en su mente, Ian continuó absorbiendo la energía de los núcleos, preparándose para lo que vendría. Sabía que su próxima misión sería encontrar ese punto de energía, y una vez lo lograra, su poder crecería exponencialmente. La preparación para su regreso al infierno comenzaba ahora.