Su padre condujo por las calles y se detuvo al ver el semáforo en rojo.
Tadeo con su puño derecho sosteniendo su cabeza, observó alrededor, aunque sean las seis y veinte de la mañana, había movimiento.
Y entre las personas habías mucha esperando el colectivo, y como tardaban hablaban entre ellos o miraban el lugar.
Entre el tumulto de personas uno señaló el auto en donde estaba Tadeo, todos comenzaron a mirar y saludarlo.
El niño notó fácil como estaban llamando su atención, y al mirar a su dirección todos sonrieron, excepto el niño.
Tadeo los observó aburrido, como si fueran monos haciendo estupideces y no comportarse como gente de su edad, si fuera un concierto los saludaría pero no estaba en uno.
Ahora solo era un niño yendo al jardín de sala cinco.
Esto provocó diversas reacciones en el grupo, desde decepción, realidad o incluso felicidad a pesar de que no saludo.
El semáforo se puso verde y el auto avanzó, y al llegar notó un periodista dando una nota con la gente del lugar.
Y esa gente eran los padres del jardín en donde iba Tadeo, al llegar, su padre se despidió con un beso en el cachete y el dio buena suerte a su hijo.
Tadeo entró y notó que mucha gente de afuera lo miraba, aunque tenia cinco años, su altura de un niño de diez años no ayudaba.
Pero sus pensamientos fueron a otra parte cuando se dio cuenta que su cumpleaños estaba cerca.
Al llegar al aula, dejo sus cosas en el perchero de la mesa y saco su cuaderno y comenzó a dibujar.
Figuras sin rostro, como si quisiera aprender como hacer las proporciones de los cuerpos.
Poco después comenzó a dibujar logos de bandas como skillet, Hollywood undead y demás.
A si mismo pero versión adulta, a su madre, padre y otros familiares.
Minutos después notó que Aveluz finalmente llegó.
-ah… ¿vos sabias que hay mucha gente afuera?- pregunto ella.
-se suicido un chabón tirándose debajo de las ruedas de un camión.- contesto Tadeo.
-¿en serio?- preguntó ella sorprendida.
-na mentira, ni idea ¿por?- dijo Tadeo.
-puta, sos re estúpido Tadeo.- dijo ella enojada.
-entonces ¿Por qué?- preguntó Tadeo.
-creo que es por vos.- dijo ella un poco insegura.
-a… bueno, que se hagan ortiar entonces.- dijo él mirándola y segundos después dibujar devuelta.
-¿Cómo podes hablar así?- dijo ella.
-por que puedo.- agregó el niño.
-con razón nadie se junta con vos.- dijo molesta por el sarcasmo.
-supongo que nadie sos vos, boludita.- dijo el niño mientras se reía y esquivaba los golpes de su amiga.
Poco después comenzó las clases, después del almuerzo de que entraba el jardín, los niños tuvieron recreo y muchos de pusieron a jugar.
Muchos niños comenzaron a jugar a la pelota y de más juegos.
Tadeo por su parte, se trepó a un árbol y vio la calle y notó a muchas personas sospechosas y por las dudas le aviso a su amiga.
Y por las dudas a Nkosi para que este un poco más vigilantes y de demostrar si eran familiares de los niños.
Al terminar la tarea en clase, Tadeo acostó su cabeza en sus brazos y cerró los ojos.
Sin embargo se sentía incómodo a pesar de que se acomodaba cada rato.
Incluso boludeando con su lápiz y otros útiles se sentía raro, entonces comenzó a mirar por todos los lados.
Notó que la maestra lo miraba raro y pensó que tal vez no hizo la tarea pero lo descarto.
Ya que la maestra ya le corrigió la tarea y con nota perfecta, miró a la ventanas y nada.
Al techo tampoco había algo raro, lo cual le dijo a la maestra si podía ir a la enfermería.
Ella llamo a su maestro a cargo, es decir, a Nkosi, él lo llevo a la enfermería y le preguntaba que sentía.
El enfermero de turno era rubio de ojos celestes y piel blanca de origen argentino puro.
-buenas tardes, Tadeo ¿Qué es lo sentiste ahora mismos?- pregunto el enfermero.
-no se, me siento incomodo, demasiado, como si estuviera en verano.- dijo el niño un poco preocupado.
-entiendo, abrí la boca por favor… ok… abrí los ojos un segundo… ok… abrí el brazo un poco por favor…- decía el enfermero.
Al principio no notó nada raro pero al retirar el termómetro frunció el ceño.
-Tadeo tenes fiebre ¿Por qué viniste al jardín?- preguntó con un dejó de reproche el enfermero.
-¿tengo fiebre?- preguntó el niño.
-si. Nkosi por favor llama a la preceptora y que avise al padre o madre a que lo retire por favor.- dijo el enfermero.
Y de uno de los estantes un ibuprofeno pero notó que el niño apretó la mandíbula.
-¿sucede algo Tadeo?- preguntó amablemente el enfermero.
-no me gustan las pastillas.- dijo el niño.
-¿Qué tanto?- dijo el.
-me da náuseas y después las vomito.- dijo Tadeo.
-entiendo, pero no tengo para darte una pichicata aquí, esta prohibido, necesitarás ir al hospital entonces.- dijo el enfermero.
-no se preocupe, me la banco.- dijo el niño un poco distraído.
-eso es muy bien, acostaste mientras, ya vienen tus padres.- dijo el enfermero mientras ayudaba acostar el niño y lo tapaba.
Pocos minutos después, el padre de Tadeo llegó.
El enfermero le comentó lo que tiene y lo ayudo a llevar al niño auto.
Poco después Marcelo llego al hospital regional y fue atendido rápidamente por enfermeros.
Una doctora disponible pero rápidamente se retiro debido a que Tadeo tenía ginofobia y podría causar problemas.
Después un doctor de piel morocha y ojos marrones llego a atender a Tadeo.
-hola Tadeo soy Javier ¿Qué sentís ahora mismo?- dijo el doctor sonriendo amable.
-me duele cabeza y siento que doy vueltas.- respondió Tadeo.
-¿sentiste ganas de vomitar en el camino o ahora?- preguntó y el niño dijo que no.
Al notar que solo era una simple fiebre el doctor fue a ponerle una inyección para la fiebre y dolor de cabeza.
-no se preocupe señor, la fiebre seguía alta pero a los minutos va a bajar, mientras tanto espere acá con su hijo.- dijo el doctor.
Marcelo se sentó al lado de la camilla, cruzó los brazos y frunció el ceño sin apartar la vista de su hijo.
El niño que respiraba profundamente ahora lo hacía como si estuviera durmiendo.
Coloco el dorso de su mano en la frente y notó que bajo la fiebre, al final fue solo un susto.
Media hora después, el doctor llego, reviso a Tadeo y notó que volvió a la normalidad.
-no se preocupe señor es normal a los de diez años se enfermen debido a que corren se calienten y cuando se paren se enfríe y agarre un resfriado así.- dijo el doctor.
-tiene cinco años mi hijo, normalmente se queda en casa y se abriga antes de salir.- dijo el padre y esto sorprendió al doctor.
-me disculpo entonces, ¿es alérgico a algo o duerme con la ventana abierta?- preguntó el.
-duerme con el perro pero no es alérgico y duerme con la ventana abierta pero no creo que sea eso.
¿Puede ser por la comida?- preguntó el padre.
-si puede ser ¿Qué ha comido ayer el pibe?- preguntó el doctor.
-bomba de papa fría con mate dulce.- respondió el padre.
-ahí tiene el culpable, cuando sea más grande no le va a pasar nada porque ya estará acostumbrado pero por ahora haga que coma caliente y deje de hacer combinaciones raras.- dijo el médico.
El hombre le dio un parte médico sobre el niño y la causa de porque se retiro y lo mismo para le padre.
También le dio jarabes para fiebre y dolores, poco después él dúo se fue a casa.
Tadeo adormitado fue a su pieza, y como si fuera un títere sin hilos se tiro en la cama.
Su padre lo ayudo acostarse bien, segundos después trajo el jarabe de fiebre y dolores junto con un vaso de agua.
El niño los tomó y se durmió con facilidad, el padre a todo esto, le explicó a su jefe y este le dio el permiso para quedarse a cuidar a su hijo.
Marcelo se quedo un rato al lado de él, y cuando se iba a comer algo, por las dudas toco la frente a su hijo.
Estaba normal pero al tocarle el pecho estaba hirviendo como si estuviera haciendo ejercicio.
Le saco los brazos afuera y si sigue así todavía lo llevaría de nuevo al hospital.
Después de comer, reviso a su hijo y notó que solo tenía calor, esto lo tranquilizo pero volvía cada rato a su habitación para vigilarlo.
Su señora llego y fue directo a ver a Tadeo pero solo dormía tranquilamente como si tomara una siesta.
La madre le acaricio el pelo y debo la puerta abierta por las dudas.
Fue a la cocina y puso la pava para tomar mate con su marido mientras veían las noticias.