Al costado de la puerta de vidrio y de madera oscura, decía, directora Valeria Bustos.
Pronto su madre, de por sí alta, tenía tacones haciendo que mida unos ciento ochenta y tres centímetros.
Su vestido floreado en los brazos de color claro ya que todavía era verano.
Mostraba sus hombros y clavícula, su pelo negro rizado en las puntas, su piel marrón clara saludable.
Su mirada seria pero maternal estaba en su rostro, sin embargo sus ojos estaban fijos en Tadeo, su hijo menor.
Su padre no fue avisado ya que solo se involucraba en conflictos mayores como peleas y así.
Para el resto, iba ella sea firmando en el cuaderno de comunicaciones o reuniones ligeras.
Y al acercase, dijo.
-buenas tardes Femi, y Tadeo ¿Qué paso?- preguntó suspirando ella al final mirando a su hijo.
-primero que hablen ellos, para ver qué dicen.- dijo Tadeo.
Ella para no ponerse nerviosa solo suspiro y espero a los padres de la niña involucrada.
Pronto llegó un hombre, una barba desprolija al igual que su pelo, ojos verdes y llevaba un traje marrón oscuro y zapatos negros.
Al ver a su niña, se agacho y la abrazo con fuerza mientras ella lloraba.
Y la vicedirectora llamada verónica Laura Gutiérrez, de piel blanca y cabello rubio largo con ojos marrones, notó que los tutores de los niños llegaron, lo invito a pasar.
Al pasar notaron que había una gran habitación, con un gran ventanal, una gran librería, la bandera nacional y provincial.
Detrás de un escritorio oscuro y bien cuidado y encima de estos llenos de papeles y archivos, detrás de este había una enorme silla de tapizado marrón.
Y sentada estaba la directora Valeria Bustos, pelo negro rizado, piel marrón muy claro, ojos negros y anteojos de montura redonda y de color negro.
Ella se levantó y pidió al grupo de padres e hijos sentarse mientras que le vicedirectora y Nkosi se quedaban parados.
-por lo que me contó el maestro de lengua el señor Sánchez, hubo una situación con los niños Kessler y Ledesma.- dijo la directora mientras cruzaba las piernas.
Y ella le preguntó a la niña de porque había llorado.
-porque el insulto a mi mamá.- dijo ella mientras que sus lágrimas estaban por salir.
-¿eso es cierto señor Ledesma?- preguntó la directora Bustos.
-si.- respondió de forma directa.
Y cuando la directora estaba a punto de hablar, él hablo nuevamente.
-porque no paraba de mirarme fijamente, molestarme y tocarme.- dijo él.
-solo querías que me ayudaras con la tarea.- exclamó la niña.
-te enseñe como se hacía pero y una y otra vez me molestabas cuando te dije que no lo hicieras. ¿Cómo no querías que te insultara si lo hacías cada segundo?- dijo el enojado mientras movía sus brazos.
-pero no tenias derecho a insultar a mi mamá.- dijo ella mientras pensaba en su madre.
-no me hubieras molestado y listo.- dijo el niño mirándola.
-esta bien, cálmense los dos. Señor Ledesma porque llego al punto de insultar a su compañera.- preguntó la directora.
-porque me hizo enojar.- respondió de forma simple.
-¿solo por eso?- dijo ella.
-y si. ¿Qué más espera usted que respondiera?- dijo el niño con el ceño fruncido.
-señor Kessler ¿Qué quiere usted para que acabe esto?- preguntó la directora.
-que se disculpe con mi hija y mi difunta esposa.- dijo el hombre mirándola.
Y Tadeo solo resoplo divertido.
-¿hay algún problema señor Ledesma?- preguntó la vicedirectora.
-esta bien que me disculpe con ella y todo lo que quiera pero me están hablando en serio ¿pedir disculpa a una tumba?- dijo enojado.
El hombre se sintió un enojo por dentro y dijo.
-que sea la última vez que hables así a mi esposa.- dijo el hombre confrontando al niño y yendo a por él.
Sin embargo leila se paro miró fijamente al hombre que media los mismo que ella.
-esta bien que rete a mi hijo pero no venga a prepotearlo enfrente mío, a mi no me tiemblan la mano en darle una cachetada por hacerse el malo con mi hijo.- dijo ella.
-entonces que pida disculpas a mi hija y mi esposa.- dijo el hombre acercándose al rostro de Leila.
Y ella sin desviar la mirada dijo.
-El pedirá disculpas a su hija pero no a su esposa, esta muerta y acéptelo.- dijo ella.
-además esto se evitaría si hubieran hecho bien las cosas.- dijo de la nada Tadeo.
-¿a que se refiere señor Ledesma?- preguntó la vicedirectora.
-ustedes sabían que tengo ginofobia y tactofobia. Lo hicieron a propósito.
Sabiendo que ya tuve un ataque qué me envió al hospital.- dijo enojado Tadeo mirando a las dos personas a cargo de la escuela.
-si lo hubiera sabido hubiera- pero la directora fue interrumpida por Tadeo.
-¿podemos terminar esto? Te pido disculpas por insultarte a vos y tu vieja. Y para la próxima pueden conseguirme un asiento para mi solo y listo. ¿Tan larga la van hacer esto?- dijo exagerado Tadeo mientras se levantaba se dirigía hacia la puerta.
Sin embargo la vicedirectora lo agarro alrededor de la muñeca y esto provocó que él lanzara un golpe en el brazo de ella.
-¡¿Qué mierda haces?! Estoy diciendo que tengo ginofobia y vas y me tocas ¡¿sos pelotuda?!- dijo con enojo y voz alta Tadeo.
Nkosi rápidamente uso su cuerpo para separar a Tadeo de la vicedirectora.
La directora se levantó y golpeó sus manos en la mesa y dijo.
-¡señor Ledesma! ¡es la última vez que habla de esa forma al personal educativo! ¡considérese sancionado a partir de ahora!- grito ella.
Tadeo quería hablar pero solo apretó la mandíbula mientras que las venas de sus sienes y frente sobresalían.
Él solo se quedó callado y se fue a un rincón mientras miraba a casi todos con la misma mirada que su padre cuando un soldado hacía algo mal.
-y yo le pido que no le grite a mi hijo. Mi hijo les hizo saber que tiene tactofobia y ginofobia y aun así tratan de tocarlo y hacerlo reaccionar.- dijo leila mirando a la directora.
-y usted en especial ¿Por qué quiso agarrar a mi hijo de la muñeca? ¿acaso cometió algún delito? ¿acaso robo algo?- preguntó enojada mientras estaba de frente a la vicedirectora, quien le sacaba una cabeza de altura.
-me retiro, mi hijo pidió disculpas y incluso sugirió como debería seguir el resto del año, espero que cumpla la petición de mi hijo que no cuesta nada.- agregó leila mientras agarraba la mano de su hijo y se retiraba con él.
Nkosi por su parte acompaño a la madre e hijo a la salida del jardín, mientras que el resto quedó en la habitación de la dirección.
El dúo se subió al auto y fueron a casa.
Al llegar, como siempre titán lo recibió con fuerza bruta ya que quiso subirse a él.
Su madre al llegar solo le pido que lo espere en la zona del living.
Al llegar su madre, ella habló con cansancio.
-¿Por qué?- dijo ella.
-estuvo desde la mañana molestándome, hice lo que vos me dijiste, aguantármela y no hacer nada exagerado.
Pero una y otra vez me molestaba, le dije muy claro que pare, me pidió y la ayude, pero aun seguía viéndome y ahí le respondí enojado ya.
Y la insulte y lloró ¿y que iba a saber que se le murió la vieja? No tengo la culpa de nada.- hablo Tadeo mientras hacia gestos con los brazos.
-bueno, ya estas en casa, ahí te hice de comer, me voy a trabajar ahora y pórtate bien.
No le habrás la puerta a los extraños a menos que estemos en casa tu papá y yo.- dijo leila mientras caminaba hacia la puerta.
Tadeo al escuchar la puerta cerrarse con llave y fue a meterle traba, al abrir el horno notó que su madre hizo su comida favorita.
Pastel de papa, carne picada con cebolla y huevo trozado combinada con salsa de tomate, una capa de puré de papa y una capa de queso cremoso.
Y como aun estaba caliente, comenzó a comer con gusto en la mesa mientras le daba el huevo trozado a titán.
Fue a los sillones y prendió la televisión, puso el canal de noticias y lo puso volumen alto para tener ruido de fondo.
Le abrió la puerta trasera a titán para que haga sus necesidades cuando quiera.
Fue a su habitación y sacó varias hojas en blanco de a4 y siguió escribiendo las canciones que recordaba.