¿Quién dijo que era una falsa alarma?

Parpadeó y levantó la vista para mirar a Shen Qianrou. Su voz fría sonó claramente—¿Quién dijo que era una falsa alarma?

Shen Qianrou frunció el ceño y una inquietud se levantó en su corazón.

Bo Jinchuan miró las cartas restantes en sus manos y las lanzó sobre la mesa.

Yin Ruijue miró las cuatro cartas que Bo Jinchuan había tirado y sus ojos se iluminaron. —¡Maldita sea, joder!

Ella se quedó sin palabras...

Todos se quedaron sin palabras...

Bo Jinchuan lanzó una mirada fría a Yin Ruijue, quien de inmediato cerró la boca.

Cobarde.

En ese momento, la tranquila voz de Shen Fanxing resonó. —He visto a Chen Yinsen.

¡Sus palabras fueron literalmente una bomba!

¡Todos estallaron en un alboroto!

¿Realmente llegó Chen Yinsen?!

La sonrisa forzada en el rostro de Shen Qianrou se congeló. Su expresión cambió y sus ojos se abrieron mucho. —¿Qué... qué dijiste?

Solo entonces se dio cuenta de que había sido engañada por Shen Fanxing otra vez.