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Daños anímicos

Parte 1 - Enfrentando la situación

Mientras los demás del grupo disfrutaban la visita al templo yo con Emi y Aki no salimos y estábamos sobre la nieve mirando hacia las montañas.

-Oye hermanito, ¿estas bien?

-¿Tú que crees hermanita?

Ella me dio un pequeño golpecito con su hombro al mío.

-Se fue todo a la mierda, nuevamente por esa perra.

-Si por desgracia, pero al menos salió algo bueno de todo esto Emi.

-¿Algo bueno?

Tome su mano apretándola fuerte para evitar derrumbarme a lo que ella hizo lo mismo.

-Le diste un buen bofetón eso nunca se me olvidara, ojala hubiera sido yo el que lo hubiera hecho.

-Si tienes razón, esa parte la disfrute, no te mentiré.

Aki me tenia tomado de la otra mano, no decía nada para darnos nuestro espacio, sabia bien que en este momento en nuestras mente estábamos contemplando la idea de lanzarnos por la montaña, de lo mal que estábamos.

-¿Deseas que nos regresemos ante Emi?

Cuando le pregunte eso a Emi, Aki me apretó muy fuerte la otra mano en señal que ella no deseaba irse aun, lo que si no se dio cuneta es que casi me destroza la mano con la fuerza que apretaba.

-No, intentemos que esto no nos arruine la fiesta, se que es difícil, pero, mañana por la noche veremos las auroras boreales, quiero eso, lo deseo. - Dijo Emi.

-Entonces quedémonos, pero no me siento muy bien como para seguir disfrutando de este día de mierda... lo lamento Aki se que de todos eras la que más ilusión le hacia esto, pero no puedo más, siento mi cabeza muy pesada... casi como el día que Emi me encontró...

Antes de darme cuenta estaba en el suelo sobre la nieva, con Emi encima mío.

-No, quédate aqui conmigo, yo... estoy... estamos Aki también, no te encierres de nuevo en tu mente, te lo suplico, sin ti yo... no podría soportarlo de nuevo...

Emi estaba desesperada, su rostro estaba destruido, ya ni siquiera podía llorar, simplemente era ver a alguien que probablemente dirías que no esta bien de la cabeza.

-Descuida dije que me sentía como ese día, no que iba a suceder lo mismo, estoy aqui, Emi, no estoy tan mal, bueno si lo estoy, pero creo que entiendes a lo que me refiero... auch.

Emi me dio un frentazo sobre mi frente.

-No vuelvas asustarme a mi, no, no sabes lo angustiante que fue tenerte perdido, si tú te vas yo quedare sola de nuevo.

Creo que por fin habia entendió a Emi, yo siempre he necesitado de ella, dependo de ella no puedo mentir con eso, incluso Aki lo sabe, pero nunca me habia tomado a pensar lo tanto que Emilia me necesitaba a mi, nunca la habia visto tan indefensa como ahora, tampoco habia contemplado como habian sido esos dos años para ella, obviamente pense que habian sido duros, pero nunca me imagine cuanto... solo me quedo darle un fuerte abrazo para que se recompusiera.

-Yo tranquila no quise asustarte.

Aki asomaba su cabeza al lado mío, por lo visto se habia agachado para ver como estábamos. Antes de que pudiera hablar yo mismo le conteste, que todo estaba en orden o al menos lo intentábamos con Emi, al que no dedico una dulce sonrisa, yo puse el collar sobre el pecho de Emi, para que pudiera ver a Aki.

-No se preocupen por mi, además la he pasado muy bien en este viaje, y ya conocí el templo, así que podemos hacer lo que quieran.

-¿Qué tal le suenas, encerrarnos por lo que queda del día en el hotel, ver peliculas, tomar chocolate caliente, comer lo que se nos antoje, y bueno, tu puedes jugar con Karu, ya que no puedes comer Aki, que les parece.

-Suena fantástico hermana mayor, un tiempo los tres juntos... no saben como quiero mi cuerpo para poder disfrutar de esas cosas con ustedes, es triste perderme cosas por no ser normal, discúlpenme yo quejándome después de lo que les paso a ustedes.

-No seas tonta, aqui de los tres, tu debes ser la que más sufre, pero nos tienes a nosotros dos Akari, tal vez no somos la mejor familia, estamos algo mal de la cabeza, y sin duda la palabra normal no se puede aplicar a nosotros, pero te queremos, sobre todo este niño bonito que tengo por hermano. - Dijo Emi con mejor semblante.

Parte 2 - Los hijos dolidos

Unimos las camas y estuvimos viendo peliculas por horas, mientras comíamos cualquier comida chatarra que pillábamos, Aki nos animaba de tanto en tanto, porque veía como nos esforzamos por no rompernos, hacíamos como si nada paso, además que Aki estaba complacida jugando con Karu, pero no se le veía tan alegre como al principio, ella seguía muy preocupado por los dos.

Las horas pasaron y ningun se movió de la cama, ni siquiera prendimos la luz, que ya se habia ido, el viento habia comenzado a soplar bastante fuerte, pero mi mente estaba tan angustiada por el encuentro con nuestra madre que no lograba asustarme.

Supuestamente este viaje habia sido para relajarnos y al final termino en este desastre... bueno para Emi al menos, yo pude perder mi virginidad con Aki, habia hecho un lindo recuerdo en este lugar... me hubiera gustado que Emi también hubiera podido haber hecho un buen recuerdo.

Karu salto encima mío dejando a Aki que estaba siendo muy hostigosa con el, se quedo encima de mi estomago y me miro.

-¿Qué sucede amigo, te cansaste de los mimos?

Karu me maulló como si me estuviera respondiendo.

-Ya veo, puedes acurrucarte por ahí, o si quieres comer, hay comida en tu plato, ahí abajo.

Fue curioso, pero como si me hubiera entendido me ocupo de trampolín y fue a comer su comida.

-Ese gato es muy inteligente ¿no lo creen?

-Si, ya se los habia dicho, es capaz de entender ciertas ordenes como si hubiera sido amaestrado.

-Si, Emi tiene razón, tal vez tuvo un dueño anterior, o al menos alguien le enseño un par de cosas. - Dijo Aki.

-También creo lo mismo Aki.

Aki me pidió que pusiera el collar entremedio de mi muñeca y la de Emi, cosa que hice, y me nació tomarle la mano a Emi.

-¿Que sucede?

-Ya que los dos parecen unos muertos vivientes como de las peliculas que les gustan, se me ocurrió hacer esto.

Aki salto sobre los dos teniendo cuidado con el brazo operado de Emi, quedándose encima de nosotros dos.

-Vamos sonrían un poco, es deprimente estar viéndolos así todo el rato, se que suena algo egoísta, pero no quiero verlos a ninguno de los dos tristes, ustedes dos son los que me incitan a seguir, duele verlos infelices...

Yo abrace a Aki, me gustaría decirle que estaría bien, pero no era fácil hacerlo, me sentía tan dolido por tener que ver a esa señora, que era extenuante.

-Te abrasaría fantasmita, pero tengo la única mano buena ocupada con el collar, y la mano de Hikaru, pero descuida, tienes que dejarnos también pasar por esto, no es fácil para nosotros, al final ella nos abandono por un idiota más joven que nuestro padre.

-¿Como era ese tipo Emi? - pregunte algo interesado.

-Es verdad, tú no puedes recordarlo, era supuestamente un ayudante de profesor en la escuela, estuvo poco tiempo ahora que lo pienso, el era muy tierno conmigo, creo que por eso me llego a gustar, y no fui la única, al final ese tipo se quedo con esa señora.

-Ya veo, pero no me dices mucho, ni su nombre, ni como era.

-¿Por qué tanto interés en el Hikaru?, después de tanto tiempo.

-Curiosidad Emi, simple curiosidad.

-Era fornido, con una caballera larga de color rubia, era alto, se vestía muy bien para su edad, recuerdo que se la pasaba hablando de mitología griega, tenia una obsesión con Cronos, el titan creo que era, eso es todo y su nombre era Kone Keyo, era un nombre extraño la verdad, eso es todo Hikaru.

-Ya veo... odias a ese tipo Emi.

-No, la verdad no, no lo odio, me da igual su existencia, solo odio a la puta que nos pario.

Así que Kone Keyo, habia algo familiar en ese nombre, pero a la vez algo muy distante, como si me diera la sensación de conocerlo, pero a la vez no tener idea de quien me hablaban, aunque tampoco me sentía bien como para pensar en ello ahora.

-Aki, se que te lo he dicho muchas veces, pero estas extremadamente helada cariño, como es que logras dormir con ella abrazada Hikaru.

-Eso es fácil, me pongo el polerón grueso que tengo, o a veces duermo con la chaqueta que me regalaron, eso me ayuda a no sentir el cuerpo helado de mi pequeño aire acondicionado congelado.

Por su puesto que Aki no le hizo gracias mi chiste, me apretó la nariz para que no pudiera respirar en venganza, pero me la soltó enseguida.

-Bueno fantasmita de mi corazón, puedes traerme la chaleca que esta en mi maleta, es que me agrada estar así contigo, peor el frio que emanas me esta haciendo doler el cuerpo. - Dijo Emi más animada.

-Si por su puesto.

Emi apoyo su cabeza en mi hombro.