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Capítulo 19AMANTES Y VERDADES: EL REGRESO DE LOS DIOSES

Capítulo 19

AMANTES Y VERDADES:

EL REGRESO DE LOS DIOSES

En plena reunión y algo mareado por tanto whisky, Morfeo fue al baño y al entrar se quedó mirando su reflejo en el espejo; casi enseguida se le apareció un hombre que le recordó a un zorro y quien de inmediato lo sedujo…

M: ¿Quién eres?

R: Soy tu alma gemela, me dicen Ryan, aunque realmente soy un Zorro.

M: Ohhh… ¿me permites verte bien, Ryan el Zorro?

R: Estoy orinando Morfeo, así que ten cuidado con lo que miras…

M: ¡OOHH San Bebo!, pero qué cosa tan grande, ese tremendo huevo, ¿puedo tocártelo?

R: NO lo harás.

M: Un poquito nada más Zorrito, además nadie se enterará.

R: Te dije que no lo toques Morfeo y no insistas.

M: Dime cuánto quieres para que me permitas tocártelo y acariciártelo, aunque sea por unos pocos segundos.

R: Esta bien Morfeo, te cobraré tres óbolos de Caronte (monedas del inframundo) por cada dos centímetros que te penetren…

Aceptaron el trato y empezaron a ejecutarlo, pero en realidad Morfeo, no tenía mucho dinero del inframundo.

Una vez que le penetraron los dos centímetros acordados, Morfeo, quien estaba medio borracho y alucinando con ese tremendo huevo dentro de él, no pudo aguantarse y rompió el acuerdo y se le sentó completo al Zorro Ryan gritando de placer: «¡¡¡ AYYY, ME ENDEUDÉ…!!!», con lo que quiso decir que se acababa de endeudar con los veinte centímetros más que le habían penetrado y que eran muchísimo más que los dos centímetros acordados inicialmente.

Luego, habiendo ya excitado al Zorro Ryan, logró que ambos hicieran los Tomos Griegos del Placer Corporal hasta el amanecer, quedando así debiéndole muchos óbolos de Caronte al Zorro Ryan; afortunadamente nadie entró al baño mientras estuvieron en pleno acto sexual….

… Luego, al volver a la sala y ya amanecido, Morfeo parecía como flotando, perdido en un limbo de placer y éxtasis y con los ojos casi en blanco… G: ¿Qué tienes Morfeo?

M: Hermana mía, la pregunta sería qué es lo que no tengo…

G: ¿Dormiste en el baño?

M: Si eso fue dormir, entonces me quedaré seguido a dormir aquí…

A: Eso suena a amantes…

C: ¿Y quién es ese amante, Morfeo?

Ad: O sea, que entonces ¿el baño es un portal para tu estar con amantes?

M: Ayyyy, sí, señor Adonis, disculpe mi sinceridad…

Siguiendo entre discusiones y risas, apareció de la nada una hermosa mujer que dijo llamarse Afrodita, acompañada por un hombre que dijo llamarse Ares.

Todos quedamos atónitos por su aparición y les preguntamos al unísono: «¿Quiénes son ustedes dos?».

A lo que ambos respondieron:

«Somos dioses iguales a ustedes, a quiénes los pusimos a prueba bloqueando sus recuerdos y suspendiendo sus poderes temporalmente para verificar si el amor del que ustedes presumían era verdadero… así que regresemos todos de inmediato al Monte Olimpo donde nos esperan el padre Zeus y la madre Hera.

Al llegar a tan majestuoso lugar, vimos a HERA y a ZEUS, además, EROS Y PSIQUE también estaban allí.

Zeus: Como soberano que soy, fui testigo del amor de Apolo y Casandra, así que vengan delante de mí, pues restauraré sus memorias y los dejaré volver a su posición como dioses de la belleza y de la luz.

De inmediato, Casandra y Apolo recordaron todo su amor, lo cual era increíble, pues hasta sus trajes fueron cambiados por las Musas Vírgenes del Olimpo, y los hicieron volver a ser soberanos de la belleza, juntos.

Hera: Galt, como has sido probada suficientemente, te concedo la virtud de ser una diosa, pues tus batallas en el campo de la guerra como en el amor han sido victoriosas, has triunfado.

Zeus: Es verdad Galt, has demostrado gratitud y audacia y le has sido fiel a Adonis todo el tiempo, y por ello, como recompensa, en adelante serás una diosa de la virtud y del amor, a quien Adonis amará por toda la eternidad.

Acercándose, ZEUS y HERA tocaron mi cuerpo y toda prenda que tenía se desvaneció y comencé a brillar esplendorosamente mientras que las Musas y las Ninfas me vestían de diosa.

Af: ADONIS, mi querido pupilo, ven a mí, pues te daré un beso que restaurará tu memoria.

Ares: Adonis, te daré victoria, pues has amado como un buen amante a una Ninfa humana que habías ocultado en casa de EROS y a quien cuidaste y protegiste de toda maldad y toda perversidad, por ello, hoy doy por ganada la guerra por el amor; ven y restaura tu memoria para que, a partir de ahora, te unas a tu diosa.

AFRODITA besó su frente mientras ARES atravesó con una lanza su cuerpo mortal haciéndolo desvanecer y a la vez volviéndolo a la inmortalidad con toda su fuerza y belleza, pues él era el más eternamente hermoso de todos los dioses del Olimpo.

Zeus: Morfeo, vuelve a ejercer tu cargo como dios de los sueños y como me has sido totalmente fiel, ahora te concedo ver a tu amante mientras el mundo duerme.

Volviendo a su puesto como dios, orgulloso aceptó ir a cuidar del sueño eterno de los mortales.

Zeus: Oh Dylan, mortal impertinente; como has tenido el honor de ver a los dioses, te convertiré en sacerdote de la casa de GEA, pues así podrás cuidar de la Madre Tierra. Ahora ve al templo a adorar a

GEA.

Dylan, marchándose, no miró atrás, y su memoria no fue restaurada temiendo que pudiera rebelarse a los deseos de Zeus.

ZEUS y HERA pidieron a ADONIS y a GALT que se acercaran, pues celebrarían una boda que duraría un siglo en terminar y ya pasado dicho siglo, ambos entrarían con la fuerza de la velocidad del tiempo donde corren las arenas del destino para amarse eternamente…

FIN