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Capítulo 2TUS RECUERDOS ME HACEN BIEN

Capítulo 2

TUS RECUERDOS ME HACEN BIEN

De repente en las ruinas sagradas de Gortina esperando a Psique, apareció un joven más apuesto que el Sol y la Luna juntos, ofreciéndome darme un abrigo. Aquel joven era Adonis, el dios de la belleza y el encanto y quien en tales facultades superaba infinitamente al propio Zeus y por supuesto, a Eros, Apolo, Narciso, Poseidón y Hades juntos.

Impactada por su inesperada, pero agradabilísima llegada, le pregunté:

Galt: Joven, ¿qué hace usted en estas ruinas sagradas?

Adonis: Vine aquí a encontrarte, Galt.

G: ¿A mí? Joven… ¿por qué me busca a mí?

Ad: A la Ninfa Alive, quien era tu madre, le hice una promesa sagrada, justo antes de ella morir y momentos antes de que tú nacieras.

G: No entiendo nada de lo que usted dice joven, ya que no conocí a mi madre y siempre estuve en el palacio de Eros como sierva.

Ad: Escucha con atención Galt, pues la noche será larga y te diré toda la verdad. Tu madre era una hermosísima ninfa llamada Alive, quien se enamoró de un mortal. Ella, como todas las Ninfas podía cambiar su apariencia humana a cualquier animal y viceversa según le conviniera en un momento determinado.

»Un día, Afrodita y yo andábamos de cacería, pero Afrodita no podía descuidar sus deberes como Diosa y pronto regresó a cumplirlos, sin embargo, antes de irse me dijo que mirara muy bien los ojos, donde según los griegos está el alma de los animales que iba a cazar, es decir, que debía tener mucho cuidado para no matar a una Ninfa por error, pero sin darle importancia ni escuchar todas sus recomendaciones, lancé una flecha a un venado que corría alegremente por las llanuras… al verlo caer, me di prisa por ir a ver que había cazado realmente.

»Al llegar al sitio, vi con mucha pena y dolor que había herido mortalmente a una Ninfa embarazada… ahí caí en cuenta de la importancia de las palabras y consejos de Afrodita.

»La Ninfa moribunda me dijo que su nombre, era Alive… Con mucho pesar, veía como se escapaba su vida entre mis brazos, sin embargo, en sus últimos estertores tomó mis manos diciéndome:

Ninfa Alive: Por favor, déjame morir aquí… y te concederé el perdón por haberme matado irresponsablemente, pero deberás prometerme que, llegado el momento de su mayoría de edad, tomarás a mi hija como tu mujer.

»Entristecido y apesadumbrado por la inminente muerte de esa Ninfa embarazada, le di mi palabra de cumplir esa promesa en la oportunidad y momento correspondiente. Así, tomé mi filosa daga, abrí su vientre con ella y te tomé, salvando de esa forma tu vida Galt; tan hermosa bebé eras, que te otorgué la bendición de tu madre con un beso de amor puro, comprometiéndome de esa manera volver a encontrarte en tu juventud. Te envolví en una manta y corrí al palacio de Eros y en secreto, te entregué a una sirvienta de mi confianza quien te crio y te enseñó.»

Con lágrimas en mis ojos no podía creer en la situación en que me encontraba, pero mi corazón sabía que esa era la verdad.

G: Joven, mi corazón tiene dueño, mi primer beso fue de Apolo y por eso no te puedo amar como lo deseas.

Ad: ¿Crees que fue Apolo tu primer beso?, pues déjame decirte que no es así.

G: Seguro que es así, no he tenido a nadie más.

Ad: Déjame decirte: ¿Cómo crees que te otorgué la bendición de tu madre?

G: ¿Quééé…? pero era un bebé, eso no cuenta.

Ad: Claro que cuenta, pues me enamoré de ti al sacarte del vientre de tu madre.

G: Me niego a creer en tu amor, puesto que aún espero por un gran amor.

Ad: ¿Te refieres al Zorro de Afrodita?

G: Sí, ese es mi gran amor, que por cierto está sufriendo un terrible castigo por parte de Afrodita.

***

En el barco de nuevo, corriendo tanto él como yo para agarrar el anillo, terminamos cayendo al agua de donde él salió de inmediato, mientras yo nadaba al fondo a rescatar su anillo; y al salir con poco aire, lo vi y entendí todo de inmediato, que él era igual en aspecto físico al Zorro que se robó mi corazón, así que entre nervios, le di el anillo y le dije: «Toma, ahora estamos a mano», con cierta rudeza y me fui tratando de evitarlo, pero era evidente que él me estaba siguiendo, por ello me di vuelta y le pregunté:

G: ¿Cuál es tu problema? Te he devuelto el anillo, ¿por qué me sigues?

Dylan: ¿Quién te sigue?, voy caminando a mi camarote.

G: ¿Tu camarote?

D: Por supuesto que sí…

Entonces me despreocupé y con prisa, me afané en llegar pronto al cuarto a secarme…

Al llegar a la puerta, me di cuenta que él se detuvo de igual manera porque su camarote estaba justo frente al mío.

Yo no podía dejar de pensar en el rostro de mi amado Zorro… ¿era él? ¿Volvió de alguna forma? ¿Por qué no me recuerda…? Y lo más importante, ¿quién era la chica a la que ese hombre, idéntico a mi antiguo amado Zorro, iba a pedir en matrimonio? ¿Cómo es posible que sean idénticos físicamente y que justo venga en este crucero y de paso su camarote sea el que está frente al mío?

Tenía muchas preguntas sin respuestas, de modo que, al acostarme, me fui tranquilizando y pude recordar algunos momentos de felicidad plasmados en nuestra historia y al cerrar los ojos todo se volvió más evidente.

¡No lo había superado!

Su recuerdo estaba tan vivo en mi ser, que olvidarlo no podía.

Cuando me dormí lo vi venir hacia mí, tan radiante como siempre. En mi sueño solamente estábamos los dos y era él quien hablaba, pero yo no recuerdo haber tenido esa conversación.

¿Será que solo vendrá a mí en sueños…? Si así fuera no quisiera despertar…

Ryan: Todo esto no es por casualidad, siento que el mundo es diferente que ayer y sólo con tu alegría me conviertes en tu flor de durazno más deseado, como si estuviera esperando por ti, ambos florecemos hasta que nos duele.

»¡Tal vez sea la Providencia del Universo! ¡Tú eres yo y yo soy tú…! El destino está celoso de nosotros, y así como tú, yo también estoy asustado cuando me miras como a un desconocido a quien obviamente no deseas amar; te repito Galt, eres mía y sólo mía; cuando me tocas en este sueño, el Universo se mueve por nosotros sin perder su equilibrio ni siquiera un poco. Yo soy tu Zorro mitológico quien viene a verte y amarte… ahora tócame y sólo déjame seguir amándote y acariciándote para siempre; y si aún estas palabras no son suficientes para convencerte, seguiré obsesionado por tu belleza, tanto, que te haré mi diosa a quien solamente yo podré amar. Recuerda que soy yo quien robó tu corazón y por eso nunca podrás amar a nadie más que no sea yo; así que falta solo un poco, muy poco para poder volver a ti.»

Al desaparecer de mi sueño, recordé que él era un ser creado en el Olimpo como un animal Zorro, a quien dieron el nombre humano de RYAN, pero dotado con la gracia de Eros quien es el dios del amor e hijo de Afrodita con Ares, es decir que dicho Zorro, toma forma humana transformándose en una tentación personificada.

Tenía que calmarme y decirme a mí misma que no podía ser él en lo absoluto. Me levanté y fui al baño, me cambié el pijama por un jean ajustado y un body conservador con unas botas de folquitas, tomé mi tarjeta, un bolso de mano y salí a tomar una copa de vino.

Al llegar al bar del crucero, el ambiente era perfecto, con música de Jazz a la luz de una vela y un buen vino no podría irme mejor. Así, mientras me perdía en el fragante aroma del vino y disfrutaba de su suavidad, no me di cuenta de que mi vecino de camarote había aparecido frente a mí, disfrutando él de mi rostro embriagador. Cuando caí en cuenta al abrir los ojos, vi su rostro y me entró una emoción tan grande que sentí desvanecerme.

Sin saber qué hacer o qué decir, solo observé sus ojos como quien desea a su amante…

Entre miradas fijas y cálidas, él se atrevió a hablarme y pude enterarme que su voz era aún más embriagadora de lo que esperaba… de su dulce y tentadora boca salían palabras que no logré escuchar y sólo pude decir: «¡Disculpa, no te entendí!».

D: Te pregunté cuál es tu nombre…

G: Mi nombre es Galt y el tuyo…

D: Dylan, tu nombre es cálido y tú lo sabes Galt.

G: ¡DYLAN! ¿Estás seguro de que ese es tu nombre?

D: Tan seguro estoy que ese es mi nombre, como igual de seguro estoy, que tu vino es suave y dulce.

G: Buen punto, pero me parecías más como si tu nombre fuera RYAN.

D: Imaginas de más…

En ese momento mi cuerpo se estremeció por completo, tenía tanto en mente y tan poco en juego que no lograba concentrarme como debe ser, así que al terminar el vino decidí partir primero; los nervios me traicionaban y no sabía qué hacer, así que sólo salí rápido de ese lugar sin decir adiós.

Pensé que él no lo notaría, pero para mi suerte venía justo detrás de mí, en silencio me detuve en la proa del barco mientras la brisa marina acariciaba mi rostro cálido y él se ubicaba a mi lado diciendo… D: No quiero que te vayas Galt… aún la noche es larga y es agradable ver la brisa sobre tu piel.

G: ¿Por qué vuelves ahora? Justo cuando ya había comenzado a olvidarte, tú decides regresar.

D: Verte así es un vicio del cual nunca me curaré, quise intentar olvidarte con otra, pero vuelvo a ti porque mi corazón insiste en conocerte.

G: Pero tú no eres Ryan…

D: ¿Sabes Galt…? cuando yo te vi la primera vez, aún eras esa joven atorada en su trabajo.

G: Pero no recuerdo verte ahí…

D: Yo era alguien que iba a invertir en LABEL W-D… entonces, a lo lejos te vi y francamente te adoré en silencio y así fue cuando comencé a seguirte en secreto.

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