—Perspectiva de Asher Frostblade.
"¿Por qué... me pasó esto?" murmuré.
Habían pasado dos semanas. En este tiempo completé dos misiones de un solo logro. El día en que salimos de la mazmorra, extrañamente recibí dos logros. Parece que se habían confundido de misión y me dieron una de grado 7, aunque de hecho nadie la había despejado porque nadie salía de esa mazmorra, y la clasificaron como una de grado 7.
Al principio me enojé, pero me dieron dos logros de caballero, más los dos logros de caballero que había obtenido por la misión en el bosque seco y ahora dos logros más que obtuve en estas dos semanas, un total de 6 logros de caballero tengo actualmente.
Después de todo ese tiempo, nos dirigimos a una de las cinco ciudades del continente. Actualmente estaba en la ciudad del sur llamada "Azares". Estaba muy lejos de Nortil, por lo que tomó bastante tiempo llegar a esta ciudad.
Por supuesto, antes de esas dos semanas, fuimos a recoger a Jessica y afortunadamente tenía la flor roja que Alíz había pedido. Todo fue sencillo y después pasaron las dos semanas, y estábamos en esta ciudad.
Alicia, Clara y Dik fueron a atender unos asuntos, por lo que estaríamos en esta ciudad por un mes.
Pero hubo un pequeño problema.
¿Quién más pudo ser? Fue la nueva integrante que hablaba en mi cabeza. Tenía tantas ganas de tener su forma humana y poder caminar por la ciudad.
Encrid también tomó su forma humana.
Y actualmente estábamos en las calles adoquinadas de la ciudad de Azares, pero Isabella quería algo.
"Podemos salir como si fuéramos una familia."
"Espera, ¿qué...?"
Fue en ese momento en que ambos tenían su forma humana. De hecho, me quedé sin aliento tras las palabras de Isabella. Encrid también quedó sin palabras, pero tuvimos que aceptar.
Aceptamos porque Isabella nos amenazó... Fue incómodo en ese momento, pero Encrid y yo aceptamos salir de esta forma muy incómoda.
"¿Por qué tenemos que estar sujetados de la mano?"
Encrid caminaba a mi lado derecho, e Isabella al lado izquierdo, mientras que yo estaba en el medio sujetando la mano de Encrid e Isabella mientras caminábamos.
Era extraño e incómodo.
"Dije que saliéramos como si fuéramos una familia, ¿o ya olvidaron lo que les dije?"
"No."
"No..."
"…"
"…"
Era incómodo, y muy incómodo. Ni siquiera en mi vida pasada caminaba en las calles así; después de todo, no tuve padres.
Pero esto... Creo que no podría acostumbrarme, sobre todo porque Encrid y yo debemos actuar como si fuéramos familia.
"Por cierto... Creí que no podían ponerse otra ropa."
"¿De qué hablas? Cuando tomamos forma humana aparecemos con un atuendo negro, pero eso no es una ropa hecha de maná, es real."
"Así es, pensé que eras más inteligente," dijo Isabella.
"…"
Suspiré ligeramente y seguimos caminando, pero no podía seguir caminando así mientras sujetaba la mano de Encrid e Isabella. Me hacía ver como un niño... No, de hecho soy un niño. Exactamente, estaba en el cuerpo de un niño.
"Miren, es un restaurante. ¿Qué tal si vamos?"
Miré a Encrid y él me miró igualmente. Esta vez no tenía la máscara que siempre llevaba puesta, por lo que se miraban mis ojos rojos y todo mi cabello.
De hecho, me hacía ver que era un miembro de la realeza por mi cabello plateado y mis ojos rojos.
"Entonces vamos," Isabella caminó apresurada.
Las calles estaban llenas de personas. Por dondequiera que mirara, había personas, puestos de comida, puestos de verduras y más cosas.
"Tenemos ofertas de descuento, vengan a comprar antes de que se acaben."
"Vengan y encuentren objetos de mazmorras."
Vendedores gritaban por todas partes. El comercio en esta ciudad enorme era muy activo, incluso más activo que en los mercados y lugares de ventas en mi mundo anterior. Todo aquí es muy activo.
"Es muy extraño."
De hecho, se sentía muy extraño andar vagando por las calles en la mañana. Salía en la noche a las calles en mi vida pasada, por lo que nunca me acostumbré a estar afuera en el día y ver estos puestos de vendedores en las calles, aunque en una ciudad moderna no suelen haber puestos de venta.
Desde que llegué a este mundo me he dado cuenta de que es un mundo medieval y moderno, con un toque de ambos. Tienen cosas como las espadas y caballeros, ese sería el toque medieval, pero en las ciudades y pueblos era bastante moderno, por lo que sería mitad medieval y mitad moderno.
Los edificios a los lados de las calles adoquinadas, con ventanales y una altura decente para ser llamados edificios, las tiendas de productos y más cosas, todo daba una atmósfera medio moderna que me recordaba a las ciudades modernas de mi mundo anterior.
"Ring"
Unas campanas resonaron cuando entramos por la puerta del restaurante. Mesas muy bien decoradas, un suelo hecho de madera de roble, y más luces que daban un buen ambiente. El restaurante era tranquilo y relajado, con algunas personas comiendo tranquilamente.
"Ustedes dos busquen un lugar y yo pediré las comidas," Isabella se despidió y fue al mostrador donde estaban atendiendo a las personas con pedidos de comida.
Entonces Encrid y yo miramos un lugar un poco a lo lejos, cerca de la sombra. Nos miramos y luego miramos la mesa vacía al fondo; caminamos y nos sentamos.
Hubo un silencio incómodo hasta que una persona gritó.
"¡Qué demonios! ¡Maldita perra, crees que te pagaré por esta mierda!"
"Disculpe señor, pero por favor no se enoje. Si quiere, le podemos dar un reembolso."
"A la mierda con el reembolso."
El hombre gritaba cosas estúpidas y seguía así.
"Qué molesto."
"Qué molesto..."
"…"
No sabía por qué, pero Encrid y yo siempre pensábamos lo mismo y decíamos las mismas palabras al mismo tiempo. ¿Era algún tipo de conexión entre nosotros? No sabía qué era, pero era incómodo y muy raro.
"Parece idiota."
"No... no lo soy."
Definitivamente, Encrid parecía un idiota. Quizás esa es la razón por la que Isabella lo llama idiota todo el tiempo.
"Está aburrido."
"Sí... muy aburrido."
"…"
"Esto es extraño. No suelo hablar mucho," dije.
"Tienes razón, es mejor que nos vayamos de este lugar lo antes posible."
Ni siquiera era una plática de personas normales. Me sentía alguien raro en este momento hablando con un idiota justo a mi lado.
Jugueteando con la sal que estaba en el medio de la mesa, pensé en algo que sentía curiosidad.
"¿Qué eran ustedes dos?"
"¿Quién?"
"Tú e Isabella. Parecen conocerse desde hace mucho tiempo."
Aunque no quería meterme en el pasado de estos dos, la curiosidad me ganaba. Siempre estaban discutiendo una y otra vez cosas absurdas y ni siquiera paraban; es como si fueran amigos desde niños.
Fue por eso que me recordó a alguien de mi vida pasada, de cuando era niño y estaba siendo entrenado.
"Es una historia larga, pero será más fácil si lo ves tú mismo."
"¿A qué te refieres...?"
Encrid llevó su dedo a mi frente y entonces, me hundí en mis pensamientos.
De pronto me encontraba en un lugar oscuro y gris, flotando en un campo.
"Vamos, Encrid, mamá ya está preparando la cena."
Una niña de cabello oscuro y ojos oscuros como la tinta le agarró de la mano a un niño de cabello plateado y ojos rojos; se parecía a mí.
Ambos corrieron rápido y entraron a una casa común. Un gran árbol estaba al lado de la casa con un columpio hecho de una cuerda y una tabla.
Entonces, ambos niños entraron a la casa.
"La cena está en la mesa, pueden comer, niños."
Una voz que provenía de la cocina habló; la voz sonaba a la de una mujer con voz un poco gastada, como si estuviera enferma.
Entonces, ambos niños se sentaron y miraron dos platos llenos de arroz blanco con unos frijoles y un vaso de agua.
A primera vista, parecía una familia pobre que vivía en el campo. Eso se podía suponer por el gran campo, la única casa en medio del campo y un gran árbol al lado.
"Ya empezaron, no me esperaron, niños."
Entonces, giré la cabeza, pero en ese momento, todo se volvió borroso y luego el lugar cambió.
Ahora, la niña y el niño de antes eran ya adultos, pero el niño, que obviamente es Encrid, ahora tenía el cabello negro y unos ojos púrpuras; fue el cambio de su aspecto por el maná oscuro.
La niña, que también es Isabella, seguía luciendo igual pero con su cuerpo más desarrollado.
Parecían estar en una biblioteca hablando juntos.
"Mira, Encrid, parece que esta es la forma de avanzar al sexto círculo."
"Tienes razón, pero esta parte no se ve bien."
"Tienes razón."
Me sorprendieron al instante las palabras de los dos. Eso significaba que a la edad que tenían, estos dos que parecían ser entre los 20 años, ya estaban cerca de ser un sexto círculo.
"Lo encontré, mira."
"Sí, eso parece."
Fue entonces que nuevamente el recuerdo se puso borroso. El lugar cambió a uno nuevo; ya no era la biblioteca. Esta vez se podía ver a un Encrid mucho mayor, parecía estar haciendo algo en una herrería.
"Goteo."
Fue entonces que una gota cayó justo en el yunque que tenía justo frente a él. Entonces, miré más de cerca y fue cuando la Hoz de la Oscuridad estaba en el yunque, aunque solo la parte de la cuchilla. Pero entonces me acerqué más y miré el rostro de Encrid.
"¿Por qué está llorando?"
Miré sus labios y parecía estar murmurando algo.
"¿Por qué...?"
"No tenía que pasar eso."
El murmullo fue bajo, pero logré escucharlo. ¿A qué se refería? ¿Por qué estaba en ese estado mientras estaba haciendo la Hoz de la Oscuridad?
"Podría..."
No pude pensar claro, ya que de pronto abrí los ojos y estaba de nuevo en el restaurante.
El sudor me cubría casi todo el rostro mientras caía en la mesa, el corazón me latía fuerte y tenía los ojos bien abiertos.
"¿Qué demonios pasó?"
"Creo que viste mucho de mis recuerdos."
Entonces, miré a Encrid.
"Tus recuerdos... ¿Por qué estabas llorando en esa herrería?"
"…"
"Parece que viste ese recuerdo."
"¿Qué fue lo que pasó? ¿Por qué estabas llorando?"
Me sentía cansado y me dolía el corazón de tanto estar latiendo. El sudor seguía cayendo en la mesa, entonces tomé una servilleta con las manos un poco temblorosas y sequé las gotas de sudor en la mesa.
Miré nuevamente a Encrid. En ese recuerdo, ¿por qué estaba en ese estado lamentable? ¿Qué demonios le pasó a ese Encrid que sonreía felizmente con Isabella? Los dos parecían felices en esos recuerdos, pero de un momento a otro, Encrid era diferente.
"No te puedo decir qué pasó, por qué cambié y qué le pasó a Isabella. Por el momento, no te puedo decir nada de eso."
Él respondió mientras miraba a Isabella que se estaba acercando a nosotros con dos bandejas con unos platos.
Fueron tres recuerdos en años diferentes los que vi. Los dos primeros fueron alegres y felices, pero en el último, Encrid parecía estar lamentándose por algo mientras creaba la Hoz de la Oscuridad.
Parecía que se estaba preparando para la guerra con los siete dioses. Esas armas fueron creadas cuando los siete dioses habían aparecido, entonces Encrid perdió a alguien.
¿Qué más podría ser? Quizás Isabella murió, pero aparte de eso, ¿qué es lo que lo tenía así?
"Mierda... mi cabeza me duele tanto."
Suspiré.
Me tranquilicé y miré a Isabella. Llegó con unos platos y entonces habló.
"Pedí algunas recomendaciones que las personas me dieron. Dicen que son los más ricos de este restaurante."
Ella parecía muy alegre y mostraba una gran sonrisa, pero quizás todo eso es falso. Viendo esos recuerdos de Encrid, aunque solo fueron por unos segundos, pude ver que estos dos fueron alguna vez unos amigos inseparables, pero parece que todo eso cayó en algún momento.
"Bueno, no puedo hacer nada, eso fue en el pasado y además no fueron mis recuerdos."
Fueron recuerdos de Encrid más que nada. Él tuvo quizás una vida alegre hasta un punto, pero quizás lo perdió todo en algún momento. No sabía nada, pero todo eso respondió a mi pregunta de antes.
"Estos dos... aún son amigos."
No estaba seguro, pero creo que aún son amigos. Quizás no lo estén demostrando, pero definitivamente estos dos aún sienten algo, algo que una vez los tenía unidos.
"Entonces vamos a comer, no desperdicien nada de la comida."
"¿Adónde iremos después?" pregunté.
"Mmm... creo que a una feria o a un parque. No lo sé, si hay algo divertido en esta ciudad."
Bueno, creo que quizás por primera vez en mi vida, tanto en mi vida pasada como en esta nueva vida, pueda divertirme por al menos una vez.
Después de todo, no vendría mal.
"Entonces, podemos..."
"Ring."
Las campanas de la puerta resonaron y fue entonces que una figura conocida que no había visto desde hace mucho tiempo entró.
"¿Qué... qué hace aquí?"
Abrí los ojos en el momento en que las dos entraron por la puerta. Afuera estaban unos caballeros, en especial uno que reconocí al instante, pero eso no importa, porque esas dos están aquí, justo cuando trataba de no mirarlas.
Unos ojos rojos me miraron, al igual que unos ojos blancos como la nieve. Ambas me miraron.
"Asher," entonces hablaron al mismo tiempo y Isabella y Encrid voltearon a ver...