Se necesita un humo 113

```

Cedric volvió a su cuerpo y abrazó a Yuki. —Ya estoy bien. Gracias por ayudarme a recuperar el control. No le ofreciste tu sangre de nuevo, ¿verdad?

Yuki dejó de beber y lamió la sangre mientras la herida se sanaba antes de que pudiera curarla. —No hice tal cosa. Parece que él ha renunciado a esa idea. Mi sangre no va a ayudar, o eso dice él —sacudió la cabeza y lo abrazó—. No me molesta que te enojes por mí, pero no deberías ponerte en peligro. Me sentiría muy mal si te destruyes. Tendría que buscar otra fuente de alimento —se giró con un resoplido.

—Oye, oye, no seamos precipitados. Yo no haría eso por ti —Cedric la atrajo de vuelta y comenzó a besarla apasionadamente—. Puedo saborear la sangre en tus labios. Realmente lamento haberte asustado. Perdóname.