Él es un demonio

—¡Matadlos! —Jin Yimu rugió enojado mientras apuntaba con su espada a Xiao Tian.

Al escuchar las palabras de Jin Yimu, todos los miembros de la banda Hawk estaban instantáneamente listos para atacar a Xiao Tian y a sus subordinados.

Porque Fu Jiyi y los demás pensaron que era el momento perfecto para atacar a los miembros de la banda Hawk, se lanzaron hacia ellos y comenzaron a atacarles.

—Aaaahhhh

—Uakk

—Aaaaahhh.

El sonido de algunas personas llorando de dolor resonó en el patio delantero. Porque Fu Jiyi y los demás eran hábiles en un arte marcial, golpearon a diez personas en un instante.

Jin Yimu se giró enseguida al oír a sus subordinados gritar de dolor. Cuando notó a doce personas desconocidas atacando a sus subordinados, apretó los dientes.

Jin Yimu finalmente entendió que Xiao Tian había traído a más de veintidós personas a su cuartel general.

Y porque había sido descuidado, no se dio cuenta. Pensó que Xiao Tian les atacaría abiertamente, pero estaba equivocado.