¡Noticias de última hora!

—Claudia, estoy llegando tarde, así que prepara un aerocoche —cambió de tema Zed. Lamentaba su decisión de darle a ella un proceso de pensamiento libre.

[[Entendido.]]

Zed llegó al garaje que contenía docenas de vehículos. Había motos, coches normales, coches de carreras y coches flotantes.

Zed se acomodó en un aerocoche rojo y rápidamente abandonó la zona residencial. 

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El campus de la Academia Real Corazón estaba establecido en unas 9,000 acres de terreno en el círculo interior de Ciudad Delta. No hacía falta decir que la academia tenía la mejor infraestructura que el dinero podía ofrecer, ya que era donde estudiaban los hijos de los ricos y poderosos.

Había varios edificios en el campus que cumplían con diferentes necesidades de los estudiantes como laboratorio genético, gestión de negocios, centro de entrenamiento, sala de torneos, etc.

En la época actual, la educación de los mutantes no se limitaba solo a enseñarles cómo controlar sus habilidades o usarlas en el combate. Solo ser fuerte no resultaría en el éxito ya que la sociedad estaba dirigida por un gobierno.

Había guerras, pero a pequeña escala, principalmente entre varias facciones misteriosas, la mafia, corporaciones y el Gobierno Mundial. Obviamente, había criminales que abusaban de sus habilidades, pero normalmente eran cazados.

Había dos grandes excepciones en situaciones en las que las reglas del gobierno eran totalmente ignoradas. Una era la 'Nación de Terrorista' y la otra eran tierras misteriosas como la Selva Amazónica, la Dimensión Paradoja y otros lugares similares que el gobierno no era capaz de infiltrar.

Al menos, eso es lo que sabía el público.

La Academia Real Corazón prometía el progreso integral de sus estudiantes, sin importar si eran sus habilidades o inteligencia.

Tras verificar su identidad, Zed condujo hasta la zona de aparcamiento.

—Han pasado tres años desde que Zed se unió a la academia. Mientras que él obtuvo la Chispa Cósmica hace cuatro años y su primera aparición como Kiba fue hace tres años y medio, se unió a la academia más tarde para asegurarse de que hubiera suficiente intervalo entre cada evento en el peor de los casos.

Por eso también había propagado diversos rumores sobre cómo 'Zed' obtuvo su fortuna.

Zed entró a la zona de la cantina para desayunar. La mayoría de la atención de la gente estaba en el proyector de TV holográfica que mostraba noticias. Noticias sobre la prueba de misiles en el yermo, masacres en las chabolas, bombardeos químicos en Ciudad Sakura, etc.

Se dirigió hacia una mesa donde una impresionante joven de principios de veinte años estaba sentada. La joven era absolutamente hermosa, de tez clara y cabello negro, pero no había lujuria en los ojos de Zed.

¿Quién podría ser esa mujer si no Felicity?

—Te ves débil —dijo Felicity, colocando su mano derecha en su frente antes de continuar—. Tu cuerpo está bien y sin embargo pareces agotado. ¡Por eso siempre te digo que te involucres en juegos emocionantes donde tu cuerpo pueda ejercitarse perfectamente!

Zed se acomodó cómodamente en una silla frente a ella y respondió:

—No dormí lo suficiente; por lo demás, estoy bien.

Felicity soltó un resoplido frío y dijo:

—Nunca entenderé por qué no duermes lo suficiente a pesar de que siempre estás en tu casa.

Felicity luego ordenó comida para dos teniendo en cuenta la 'mala salud' de Zed.

Zed estaba preocupado de que ella le diera otra charla así que decidió desviar el tema:

—¿Qué estabas haciendo ayer?

—Tuve que ir a una fiesta aburrida en la Corporación Ángel Blanco —suspiró profundamente ella antes de continuar—. Dios, mi padre cree que encontraré un novio si voy a esos eventos.

Zed sonrió ante su predicamento. Nadie sabía mejor que él lo que ella quería en su vida. Solo le importaba la emoción en su vida... la emoción de vencer a la muerte. Era otra cosa que le gustaba forzar sus aventuras emocionantes sobre él también, para su disgusto.

—Ayer conocí a ese chico Kiba —dijo Felicity después de pensar en los eventos del día anterior.

—¿Ah sí? ¿Qué impresión te causó? —preguntó Zed.

—Bueno, era un tipo bien —Felicity pensó por un momento antes de continuar—. Lo que me gustó de él fue su afición por buscar emociones. ¡Siempre tiene aventuras con esposas e hijas de gente rica y poderosa! ¡Así es cómo debería ser un verdadero hombre!

—Estoy seguro de que él no piensa así —razonó Zed.

—¡Estás equivocado! ¡Buscar la muerte constantemente es la manera perfecta de pasar la vida! —dijo ella.

—La expresión de Zed se volvió incómoda mientras decía:

—Supongo que tu impresión de él es buena.

—Realmente no me importa él, pero ya que accedió a una petición mía, no tengo más opción que pensar que es un buen tipo —respondió Felicity con indiferencia.

—Zed no quería pensar en la petición. Solo el pensamiento de la petición le provocaba dolor de cabeza.

—¿Cómo se supone que hará una tarea imposible como que "Kiba tenga una conversación de hombre a hombre con Zed" frente a ella?

—¿Qué petición? —preguntó Zed para evitar suspicacias.

—Era una petición personal, así que no puedo compartir detalles. Solo diré que podré morir sin preocupaciones si Kiba cumple mi petición —respondió Felicity sin dar más explicaciones.

—Zed guardó silencio. Él sabía cuánto Felicity se preocupaba por él. Por eso había accedido a su petición imposible en su forma de Kiba.

—La relación entre él y Felicity no era de amor romántico o lujuria sino de amistad. Una amistad que se había transformado en amor familiar...

—Él era el tipo de persona que no arriesgaría su vida por nadie, pero sabía que si Felicity estaba en peligro, la ayudaría incluso si le costara la vida.

—Felicity le había dado algo que nadie más pudo: un sentido de pertenencia. Para ella, Zed era un molesto hermano menor al que tenía que proteger hasta su último aliento. Esta actitud la hacía la parte más preciada de su vida.

—¡Espero que Kiba cumpla tu petición! —exclamó Zed. Sabía que tenía que encontrar una manera de cumplir su petición al mismo tiempo que se aseguraba de que ella no visitara la Dimensión Paradoja y arriesgara su vida.

—Debería por su propio bien, si no, le cortaré los testículos —dijo Felicity en serio.

—¡Debería preocuparme por mi protección en lugar de la suya! —pensó Zed amargamente.

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—El camarero colocó los platos del desayuno en la mesa.

—Zed y Felicity comían cuando de repente notaron un silencio absoluto. Se dieron cuenta de que todos estaban mirando la TV.

—¡Lo oyeron bien! ¡Y no bromeamos ya que esta noticia es sobre uno de los mutantes más fuertes de Ciudad Delta! —dijo emocionada la presentadora de TV—. ¡Kiba está a punto de ser padre!

—Zed se atragantó con la comida que estaba comiendo.

—¿Por qué te ahogas de emoción en lugar de Kiba? —preguntó Felicity después de pasarle un vaso de agua.

—Yo... —Zed no sabía qué responder. Una vez más centró su atención en la TV.

—¡Pronto tendremos un invitado especial que compartirá los emocionantes detalles sobre el romance entre Kiba y la madre de su hijo nonato! ¡Todo después de una breve pausa comercial! —exclamó.

—Zed: "......."