Capítulo 11: Charlas y hojas de té

Siento una pequeña punzada de culpabilidad al emprender la huida. Sé que Alaric va a estar furioso y preocupado, pero sé en mi interior que necesito llegar a Evanora lo antes posible. El efecto secundario egoísta de este esfuerzo es que puedo distanciarme de él. Después de nuestro acalorado encuentro, la interrupción de Vicky ha sido un gran cubo de agua helada.

Hablando de frío y calor, creo que Alaric necesita aclarar su historia. Un minuto quiere arrancarme la ropa y al siguiente me está apartando. Mi cerebro pierde la concentración cuando él está cerca y sigo cediendo a mi deseo. Tiene que parar. No soy un juguete que pueda agarrar cuando le apetezca, jugar conmigo, y luego desecharlo cuando haya terminado.