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Esa era la fuerza de Garra Dorada. Tenía la capacidad de enfrentarse a múltiples personas sin quedarse atrás con solo su propio poder. ¡Los números no significaban nada frente a Garra Dorada!
Esto era solo el comienzo, y con el tiempo, Garra Dorada se volvería aún más fuerte.
Ahora que los artistas marciales de la Secta del Dragón Negro huían en pánico, Yang Chen no los persiguió. Sabía que perseguirlos no tendría sentido, ya que no podría matarlos a todos de una vez.
No era una persona tan brutal, y dado que no podía matarlos a todos, Yang Chen decidió detenerse.
Yang Chen solo mostró su crueldad al Anciano Mu porque, al tratar con escoria, la crueldad era necesaria. ¡Mostrar clemencia solo haría que estos desechos fueran más temerarios e indulgentes!
Después de que los artistas marciales de la Secta del Dragón Negro se habían ido, Garra Dorada rugió fuerte y entró en el Espacio de Río Fluyente de Ocho Extremidades.
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