—¡Muchas gracias a Lin Dong, nuestro compañero de clase! —gritaron algunos estudiantes.
—En nombre de la escuela, agradezco sinceramente al señor Lin Dong por su donación —agregó el director con emoción.
El director estaba tan emocionado que casi no podía articular palabras.
Justo ahora, cuando Tang Mu donó 50 millones, ya lo había sorprendido.
Pero los quinientos millones de Lin Dong superaron completamente su imaginación.
Para la gente común, esa es una cantidad colosal de dinero, pero para Lin Dong hoy, es solo como unos pocos yuanes a los ojos de la gente común.
Donarlo no le causaría mucha angustia.
Y de hecho, Lin Dong realmente quería hacer esto.
—Dicho esto, aunque los quinientos millones serán donados a la escuela, tendré un fideicomisario para monitorear y supervisar su uso —declaró Lin Dong seriamente.
—Para asegurar que cada centavo de ayuda financiera se use en aquellos que realmente lo necesitan —continuó con firmeza.
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