Después de cenar, Bella y Dax charlaban en su habitación. Dax estaba acostado en la cama mientras Bella se sentaba a su lado, apoyada en el cabecero. Ella jugaba con el suave cabello de su hijo, escuchando atentamente mientras él le contaba su día.
Dax habló emocionado de su tiempo entrenando con Geoffrey mientras jugaba en la arena blanca. Después de eso, regresó a casa y descansó. Decidieron no aventurarse afuera después del almuerzo debido al intenso calor del sol. No obstante, se embarcaron en un bote al mediodía y partieron hacia un viaje de pesca.
—La pesca fue muy divertida, Mamá. ¡Hoy pesqué un pez! —Los ojos de Dax brillaban con entusiasmo, pero su expresión cambió lentamente unos segundos más tarde.
—¿Eh? ¿Qué pasa, cariño? ¿Por qué te ves tan triste? —Bella se sentó derecha, preocupada por si algo le había sucedido.
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