No puedes tener la pata del oso y el pez

Gu Ying montó el caballo y apretó el vientre del animal. Pequeño Negro salió disparado como un rayo y siguió detrás del lobo gigante.

Poco después, vio a Mo Ruyue sentada en una gran roca bajo un árbol en la distancia. Tenía un tallo de hierba en la boca y miró hacia arriba al escuchar el sonido de los cascos de caballo.

—¡Gu Ying! —Ella le hizo señas a Gu Ying, aún sentada en la piedra.

Gu Ying se levantó del lomo del caballo. La punta de su pie tocó ligeramente el lomo del caballo y utilizó el impulso para volar hacia afuera. Como un águila gigante planeando, aterrizó ágilmente junto a Mo Ruyue.

Sin el control de la persona en su lomo, Pequeño Negro gradualmente se desaceleró después de correr un rato. Se giró y corrió hacia Big Black, que no estaba lejos, y comenzó a comer la hierba tranquilamente con él.