Soy la verdadera reina. ¡La reina que tiene tu corazón!

—Thyra, ven aquí.

Thyra, que acababa de despertarse, escuchó la voz de Nux en su cabeza y su rostro se puso rojo.

Los recuerdos de ayer inundaron su mente.

—¿Me habrá visto él ayer? —pensó para sí misma y se alarmó.

—Ughh… ¿por qué me está llamando…? Estoy segura de que me vio… no debí haberlo espiado… eso fue…

Eso fue tan lascivo…

El rostro de Thyra continuó poniéndose más y más rojo.

Su imagen de asesina fría realmente había recibido duros golpes desde que conoció a Nux.

Entonces Thyra se vistió rápidamente y caminó hacia la habitación de Nux.

Su mente estaba llena de cómo el miembro de Nux entraba y salía de la parte privada de Edda y cómo Edda reaccionaba a ello.

Unos minutos más tarde, apareció frente a la habitación de Nux y llamó a la puerta.

*Toc* *Toc* *Toc*

—Entra.

Thyra hizo lo que le pedían y entró. Sin embargo, en cuanto lo hizo, su rostro se puso rojo.

¡Nux solo tenía puesta la ropa interior. Estaba prácticamente desnudo!