Dominio

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(Punto de vista de Regus Aurelio)

Satan era un poderoso guerrero. Si no hubiera empujado a Regus hacia el desamor, la batalla entre los dos habría sido pareja; sin embargo, Satan, quien había subestimado el poder de la sangre del clan Aurelio, ahora estaba pagando el precio de su ignorancia.

La especialidad de la sangre de los Aurelio era que, cuanto más elevado era su estado emocional, mayor se volvía su poder, y actualmente Regus sentía un torrente de odio, ira y dolor por la pérdida de su primogénito que lo impulsaba a niveles de fuerza sin precedentes.

Para un soldado normal que observaba el enfrentamiento entre los monarcas, el mundo parecía ralentizarse mientras Regus y Satan se enfrentaban, manteniendo sus ojos fijos en una batalla de voluntades. Pero luego, en un instante en que se movían, se convertían en manchas borrosas, sombras que se desplazaban por el desierto a una velocidad inhumana mientras la arena giraba como tornados a su paso.