Cuando Max finalmente abrió los ojos, se encontró en un lugar muy familiar al que no esperaba llegar.
—¿Es este el verdadero cielo después de que la gente muere? ¿Era el mundo espejo en el que entreno en realidad un lugar celestial? —se preguntó Max, al concluir que estaba en el mundo espejo donde a menudo él y Drax se entrenaban el uno al otro.
Esta vez no había clon contra el que luchar, en cambio, un hombre de aspecto muy tranquilo estaba frente a él, inspeccionándolo con ojos llenos de duda.
—Esperaba que fuera al menos nivel 6, Drax, pensé que había hecho una provisión para que cualquier mortal que lo tocara muriera de envenenamiento por maná —dijo el hombre mientras hablaba mirando los pies de Max.
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